…Y te sacarán los ojos
Por oportunismo político o bien porque transitan aceleradamente hacia la derecha, en una franca involución ideológica, tanto el gobernante Partido Revolucionario Moderno (PRM) como los opositores del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y la Fuerza del Pueblo (FP) han asumido el discurso de la ultraderecha: negador de derechos, abiertamente xenófobo, de rechazo y criminalización del inmigrante haitiano.
Tanto el PRM como el PLD y la FP se autodefinen como organizaciones progresistas; de hecho, los dos primeros mencionan la solidaridad en sus estatutos como parte de sus valores.
Sin embargo, los tres parecen estar fascinados con los vientos ultraderechistas que soplan desde el Norte.
Olvidan sus orígenes y más bien compiten por demostrar quién es más radical frente a los “invasores” haitianos.
Abel Martínez, excandidato presidencial morado, lucía como el más “radical”; le sigue Leonel, aunque menos virulento, y entonces Abinader vio que aquello era bueno y quiso arrebatarles la antorcha del “nacionalismo” a los otros dos.
Ha llevado la cosa a niveles insospechados, sin importar si en la carrera se lleva de paso todos los principios de humanidad que aún nos quedan, y si la “lucha” implica tratar como animales a mujeres embarazadas y recién paridas.
Es en ese contexto de auge del “nacionalismo” que surge un grupo de nostálgicos de los nazis que visten de negro, como los cuervos. En principio solo causaban risa por su atuendo ridículo, aunque a algunos les preocupaba su estilo paramilitar.
Sin embargo, fueron ganando confianza al ver que se les toleraba y comenzaron entonces a amenazar. Luego ensayaron con la violencia y agredieron a unas cuantas mujeres en el parque Colón.
Se les perdonó aquel ensayo y luego fueron al parque Independencia durante una manifestación de organizaciones progresistas. Más recientemente marcharon en Friusa, amenazando con sacar a la fuerza a cientos de inmigrantes trabajadores haitianos que allí residen.
Y el domingo pasado, en una marcha por el 60 aniversario de la Revolución de Abril, la emprendieron a golpes contra gente pacífica.
Todas estas acciones han contado con el apoyo tácito de las autoridades, mientras los partidos mayoritarios callan cobardemente por miedo a que los llamen «prohaitianos», el chantaje de moda.
¿Cómo es posible que partidos y personas que se consideran demócratas, liberales, humanistas y hasta progresistas asuman una posición de tolerancia ante un grupo violento que, con palos, piedras y machetes en mano, se abroga la facultad de decidir quién puede marchar y quién no, se expone a ser agredido… o algo peor?
Primero su lucha era contra los haitianos; luego, contra todo aquel que se atreviera a reclamar respeto a la dignidad de esos inmigrantes. Han llegado a acosar, perseguir y golpear a personas que marchaban pacíficamente.
Los partidos del podrido sistema político dominicano olvidan la sabiduría que encierra aquel viejo refrán español, cuando habla del peligro de criar cuervos. El final siempre es el mismo:
“Cría cuervos y te sacarán los ojos.”
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