Tal vez la pregunta más frecuente que me hacen amigos en estos días de cuarentena, es precisamente qué creo les espera a ellos y sus empresas en el mañana y qué estrategias deberían seguir en estos momentos.
Por un lado, mi opinión es el resultado de consultas a numerosos criterios profesionales como Bloomberg, The Economist, Fitch Rating, CEPAL, CNBC, KPMG y tal vez medio centenar de presentaciones y estudios adicionales de firmas de igual reputación.
El otro lado lo aporta mis experiencias y con ello el olfato adquirido en todos estos años de ejercicio profesional.
Es lógico que parece que la actual parálisis perdurará por lo menos 45-60 días adicionales y con ello una recesión jamás vista que afectará a unos sectores mucho más que otros. Los bienes no esenciales como prendas de vestir, electrodomésticos, vehículos de motor, entre otros, sufrirían una caída en su demanda.
Sectores completos como el turismo tardarán tal vez todo un año para recuperar el dinamismo de años recientes.
El elemento clave hacia la recuperación será la liquidez. El que tenga las capacidades de conservar sus recursos financieros o acceso a futuros créditos en condiciones apropiadas se podrá recuperar más fácil cuando se inicie la recuperación post pandemia. Por ello les he aconsejado a los amigos conserven la liquidez y capacidad de endeudamiento más grande posible.
La otra recomendación es que mantengan la mayor parte de sus pasivos en pesos. La balanza de pagos habrá de presentar un déficit histórico, igual que el déficit fiscal. Los ingresos principales en divisas, producto de las remesas y turismo se verán muy menguadas.
Es toda una receta para una devaluación mayor a la que hemos vivido en los últimos 15 años.
Lo demás es arena movediza, propio para pitonisas. Lo que no les puede faltar es la fe de que esto pasará y de las cenizas, cual ave fénix, habremos de surgir más sabios, fuertes y determinados.