Luis González
“La apertura es la premisa del progreso nacional, y el cierre llevará inevitablemente al atraso. En el mundo actual, la tendencia de la globalización económica es irreversible. Ningún país puede llevar a cabo su construcción a puerta cerrada”.
Estas palabras parecerían que fueron pronunciadas por el presidente de los EE.UU. en ocasión de promover el llamado “Consenso de Washington”, sin embargo no es así, estas son palabras pronunciadas por el presidente de la República Popular China (RPCh), Xi Jinping, en septiembre de 2020 en torno a la Asamblea General de la ONU, quien terminó diciendo “China está profundamente integrada desde hace mucho tiempo en la economía mundial y en el Sistema Internacional” y las ha reiterado en otros foros globales en los últimos dos años.
En enero de 2021, como orador de apertura del famoso Foro de Davos, Xi Jinping reiteró la necedad de la apertura, el libre comercio y la globalización en pos de un desarrollo inclusivo para todos. En un discurso sin desperdicios donde hizo una propuesta para la nueva era que se avecina, para el mundo postpandemia, terminó diciendo “la humanidad tiene una sola Tierra y un futuro compartido.
Sea para enfrentar la crisis actual, sea para crear un futuro hermoso, necesitamos mantener la unidad y fomentar la cooperación.
Las prácticas nos han enseñado una y otra vez que están condenados al fracaso aquellos que busquen beneficio propio a expensas de los vecinos, que actúen por cuenta propia y que caigan en aislamiento arrogante. Que trabajemos de la mano para iluminar, con el multilateralismo como antorcha, el camino de avance hacia la comunidad de futuro compartido de la humanidad”.
Occidente, entiéndase EE. UU. y Europa, deberían reflexionar y asumir con humildad esta propuesta de unidad y cooperación que hace China, por medio a su líder Xi Jinping, porque es la única salida que tiene la humanidad, que se encamina a la profundización de la pobreza y desigualdades, hambruna, calentamiento global y sus consecuencias.
El liderazgo global está llamado, más temprano que tarde, a reunirse para debatir cómo hacer realidad la comunidad de destino compartido que merece la humanidad, o si se quiere, definir los puntos claros del “Consenso Global” que habrá de modelar el “Nuevo Orden Mundial” multipolar en cuanto a la distribución de poder global y de apertura, comercio, globalización en lo económico, que indefectiblemente tiene que surgir, porque el actual, de hegemonía e imposición está agotado.
Adelante, avancemos a una nueva era, donde construyamos todos unidos, ese futuro compartido que aspiramos y merecemos como humanidad.
