
Santo Domingo.-La brillante exatleta de halterofilia Wendy Santana, integrante distinguida de la llamada “generación dorada” de esa disciplina en el país, reveló que para conseguir ver realizados sus metas y sueños en el deporte que siempre la apasionó, tuvo que enfrentar muchos momentos adversos y necesidades, entre ellas “comer harina de maíz con sal al llegar a casa después de un día intenso de entrenamientos’”.
La pesista, nativa de San Pedro de Macorís, argumentó, sin embargo, que pese a todos los obstáculos se entregó al gimnasio siempre con el alma, corazón, mucha determinación y que hoy se siente sumamente orgullosa de convertirse en apenas la cuarta mujer atleta de levantamiento de pesas exaltada a la Inmortalidad.
“Nosotros los pesistas de la ‘generación dorada’, trabajamos con el corazón y sobre todo con mucha valentía, entrega, gallardía y determinación”, expresó Santana, entrevistada antes de su exaltación al nicho de los Inmortales del Deporte Dominicano.
Agregó que “cuando empezamos a levantar pesas, no es el tiempo de ahora, no es el tiempo de los millones. Era la época de tú llegar a tu casa cansada de entrenar y comerte una harina de maiz con sal. Y nosotros lo hacíamos con el corazón y con el alma”.

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Justo De la Cruz
Periodista deportivo. Con más de 30 de ejercicio periodístico. Apasionado de lo que hace y amante de los deportes.