Enfurruñados diplomáticos norteamericanos amenazan a países caribeños o centroamericanos porque –igual a como hizo Estados Unidos hace cuatro décadas— corrigen un error histórico al reconocer que solo hay una China y esta no es Taiwán.
Advierten que “podrían decepcionarse a largo plazo”. La risa en Beijing debe oírse en Xinjiang; cuando Jefferson era súbdito inglés, China cumplía 18 siglos. Un milenio antes del arribo del Mayflower, China había inventado el papel, la imprenta, la pólvora y el compás.
En comparación, los americanos son imberbes, torpes imperialistas haciendo bembitas tras desdeñar por décadas a América Latina y ver de repente como China borró la Doctrina Monroe. Estos rubios remedan la vecina chismosa que no lava ni presta la batea.
Todo cuanto China ofrece hoy pudieron ellos hacerlo antes… ¡o ahora! Un signo de esta nueva era es que ayer la licitación para comprar carbón para Punta Catalina la ganó una empresa estadounidense.
Ojalá otras sigan concursando y si pierden por malas artes que impugnen auxiliadas por Washington. Nos harían un enorme favor.