Voy a hacer

Esta es la época del “voy a hacer”. Creo que no hay otro momento en el que hagamos más planes, promesas y demás complementos. Quien me conoce sabe que soy metódica, mucho.

Vivo entre agendas, organigramas y planes. Creo que es la mejor forma de hacer muchas cosas a la vez.

Pero confieso que he tenido que reeducarme. Sí, la vida me ha enseñado que aferrarme tanto a esa organización y no cumplirla (por mil razones) hacía que viviera en un continuo estado de pendientes.

En otras palabras, estrés, ansiedad, mal humor, sentimiento de fracaso, presión… Creo que muchos entenderán a qué me refiero.

¿Qué ha cambiado? No es la edad, prefiero hablar de crecimiento, de conocer mis límites y de aceptar que no soy perfecta. Todo gira, conmigo o sin mí. Esos malos ratos por no llegar solo me afectan a mí y ese sentimiento de ser “indispensable” solo lo tengo yo.

Así que le dije a mi ego que descansara un poco porque es la mejor forma de cumplir sin dejar la piel en el proceso y de ser más consciente de las cosas y disfrutarlas (prometido).

Dicho esto. Está muy bien que hagas planes para el nuevo año, pero sé sincero y realista. Deja que los sueños sueñen y convierte en realidad aquello que honestamente sabes que vas a cumplir. Y no soy derrotista, quiero que vivas el camino sin frustraciones innecesarias o que esos planes no se queden solo en planes. Hay pequeños objetivos que dan grandes satisfacciones.

Y puedes lanzarte, arriesgar, atreverte, claro que sí, no hay emoción más grande que tomar la decisión de ir a por todo. Pero siempre con los pies en el suelo, analizando las cosas y no hacerlo porque es un nuevo año y “voy a hacer”.