El 29 de junio aterricé en el aeropuerto John F. Kennedy, de Nueva York, para iniciar un recorrido por varias ciudades de la zona noreste de los Estados Unidos. 16 días de activismo político, buscando contribuir con el rescate de la democracia y el cambio político en la República Dominicana.

El voto de la comunidad dominicana en el exterior será determinante en las próximas elecciones. No solo por la gran cantidad de dominicanos que residen fuera, también porque ese voto no está sujeto a los asquerosos factores del clientelismo. Es un voto con alto nivel de conciencia y libertad.

Por eso la oposición debe hacer los esfuerzos logísticos y operativos para que los dominicanos y dominicanas del exterior se empadronen y estén listos para ejercer su derecho/deber… Es intolerable que quienes se parten el lomo trabajando y enviando dinero a nuestro país no elijan, y dejen que sean los 500 pesos, el pica pollo y el pote de romo que elijan por ellos.

El Gobierno sabe perfectamente (podrán ser ladrones pero no estúpidos) que el voto del exterior es un voto de oposición, y buscarán que ese voto no llegue a las urnas.

Por eso corresponde a los partidos de oposición exigir que se habiliten centros de cedulación y empadronamiento en el exterior, que permitan a quienes envían más de 6,000 millones de dólares cada año en remesas elegir a quienes van a administrar ese dinero.

Una cosa advierto desde ahora: la Junta Central Electoral no hará eso por las buenas. Ya hemos visto a qué intereses responde ese organismo. Así que preparémonos para exigir ese derecho, y arrebatarlo por la fuerza de ser necesario.

El voto en el exterior será determinante: para la victoria de la oposición o para su derrota. Eso dependerá de si logramos que se ejerza o no; y a su vez eso dependerá de las acciones que hagamos para lograrlo. La decisión no es de la Junta, ni del Gobierno, es nuestra.