«Completa estafa» contra la armada y las empresas estadounidenses. Así ha calificado el presidente electo estadounidense Donald Trump la administración del Canal de Panamá.
Condicionó la posibilidad de retomar el control del mismo, a la continuidad del cobro de tarifas que considera elevadas y perjudiciales para las finanzas de Washington.
La declaración inesperada de Trump, repetida durante el América Fest de la Turning Point USA Arizona, de inmediato generó tensiones y controversias, activando las alarmas en el hemisferio.
Como habría de esperarse. El mandatario panameño José Raúl Mulino las calificó un «exabrupto». El Canal de Panamá seguirá siendo panameño.
«Cada metro cuadrado del Canal de Panamá y su zona subyacente, es de Panamá y lo seguirá siendo», dijo Mulino.
En anteriores ocasiones Trump ha señalado que la entrega del viaducto fue unos de los peores negocios para Norteamérica.
Sin embargo, es la primera vez que amenaza abiertamente con retomar el control del mismo, desafiando la lógica diplomática.
Aunque ni es su estilo, ni parece probable una invasión en el contexto actual, las declaraciones recuerdan la importancia de preservar y fortalecer los lazos internacionales.
El Canal de Panamá, devuelto a los panameños bajo el tratado Torrijos-Cartel (1977) y Tratado de Neutralidad, además de pieza clave del comercio internacional, garantiza el paso de buques por tarifas consensuadas a nivel global.
Históricamente, ha tenido una importancia primordial para la expansión del comercio norteamericano con América Latina.
Pero sobre todo, considerado símbolo de soberanía, justicia y autodeterminación latinoamericana.
¿Cómo se explica entonces entonces semejante advertencia?
Se estima que más de medio millón de inmigrantes, en su mayoría venezolanos, cruzaron la selva del Darién (Panamá), entre 2023 y este año, con destino a los Estados Unidos.
Impedir la continuidad del paso de estos debe ser responsabilidad prioritaria de las autoridades panameñas.
¿Qué mecanismo sería más sensible, como presión indirecta para frenar esas caravanas?
La principal arma política que desde ya dispara Trump es contra el descontrol migratorio.