He vuelto a escribir después de unas semanas sin compartir esta columna. La razón principal fue que
cedí mi espacio de todos los lunes para ofrecer un mayor despliegue a artículos especiales sobre cáncer de mama, enfocados en la prevención y en las nuevas alternativas terapéuticas.
Octubre es reconocido mundialmente como el Mes de Sensibilización sobre Cáncer de Mama y, desde esta tribuna, correspondía contribuir con información oportuna que puede salvar vidas, pues el periodismo también es servicio, compromiso y acompañamiento.
Cuidar de nuestra salud no debe ser considerado un lujo ni una decisión postergable.
La ciencia avanza y, con ella, tratamientos cada vez más precisos, menos invasivos y con mayores
probabilidades de éxito.
La detección temprana continúa siendo la clave y cuando los medios abrimos espacio a estos con tenidos, aportamos nuestro granito de arena a la lucha colectiva contra una enfermedad que toca demasiadas puertas.
Creo con fervor que nuestra responsabilidad informativa se ha vuelto un aliado de cada mujer que necesita una orientación que quizá no en contraría en otro lugar.
Las mujeres crecemos con la idea de que siempre debemos ser fuertes, estar disponibles para la
familia y cumplir con el trabajo, sosteniendo un peso muy pesado sobre nuestros hombros.
Debemos recordar que esa entrega tan nuestra, que nace del amor y del compromiso, no puede
transformarse en descuido propio ni en silencio sobre lo que sentimos.
La maternidad, la agenda profesional o el rol de cuidadoras no deben robarnos el tiempo de tocarnos, revisarnos y visitar al médico, ese espacio para nosotras debe estar fijo en cada calendario, tan prioritario como cualquier reunión o compromiso.
Cuidarnos es también un acto de amor hacia quienes dependen de nuestra fortaleza y esperan vernos sanas.
Retomar este espacio significa continuar la conversación porque la lucha contra el cáncer de mama no termina cuando octubre se despide: la conciencia debe permanecer, la prevención debe insistir y la información rigurosa debe seguir encontrando ventanas para llegar a cada hogar.
Volví a mi escritorio con la certeza de que cada mensaje cuenta, que cada palabra puede empujar a una mujer a decidirse a tiempo.
Que esta columna sea todavía una herramienta para la vida porque escribir, cuando se hace desde la responsabilidad, también ayuda a sanar.
Espacio con gratitud
Hoy vuelvo a este espacio con gratitud y con la firme intención de seguir acompañándolas desde la información y la reflexión, donde cada lunes sea una oportunidad para aprender, para cuidar nos y para recordar que no estamos solas en este camino.
Sigamos sumando conciencia, apoyo y vida, porque cuando una mujer se cuida, también se fortalece su entorno. Aquí estaré, desde mi escritorio, para continuar caminando juntas