Volver a casa

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Volver a casa

Dilenia Cruz

Pensar en volver a los brazos de mamá es lo que en verdad significa volver a casa. Durante una etapa de la vida, las personas pensamos en los novios, esposos o parejas como esa otra mitad o complemento; sin embargo, cuando somos adultos solo el hogar materno resulta ser ese remanso.

Quienes vivimos fuera del país materno, y hemos estado fuera una larga temporada, soñamos tomar un vuelo y como niño pequeño correr a los brazos de la madre y esos familiares y amigos con quienes nos hemos mantenido en contacto gracias al teléfono y los medios electrónicos; y aunque la distancia se amortigua, el contacto físico es irremplazable.

Planificar ese esperado viaje, al cual en un primer momento es solo por vacaciones, amerita grandes rituales que requieren meses de preparación. La primera idea es relativa a las compras para familiares y amigos, luego surgen las necesidades propias.

Poco a poco se van sumando los objetos y las maletas se achican, por lo que el viajero se ve precisado a comprar una caja o un tanque. Si el proceso inicia con mucha antelación requerirá una segunda o hasta una tercera caja.

Las compras de vuelos muchas veces se realiza hasta con seis meses y un año de antelación, pero otras veces solo con unas semanas o unos días.

Finalmente, cuando llega el día los nervios se apoderan de viajeros y familiares. Las madres se debaten entre cocinar lo que sus hijos amados adoran comer y tenerles eso calientito o unirse a la caravana que irá al aeropuerto a buscarlos.

Mi madre diría: “prepara algo temprano y alístate para que también los abraces en el aeropuerto y al llegar a casa solo calientas”. Felicitaciones y muy buenos deseos a los involucrados en estas vacaciones.



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