Santo Domingo.-“Hay que unirse, no para estar juntos, sino para hacer algo juntos”, con esta frase de Donoso Cortés se mantiene viva la llama que mueve el voluntariado que hace posible que los planes de Techo vayan del papel a la acción.
Hace unas semanas, invitada por Porsche Dominicana, tuve la oportunidad de contribuir positivamente a dos mujeres de familia de la comunidad de Los Alcarrizos, una oportunidad que cambió mi perspectiva para siempre.
La organización Techo, conformada por jóvenes voluntarios dedicados a combatir la pobreza en América Latina, planeó una jornada de construcción de viviendas en la comunidad del Progreso II, en Los Alcarrizos, Santo Domingo Oeste.
El día señalado, nos reunimos un grupo diverso de voluntarios, todos unidos por un propósito común: ayudar a quienes más lo necesitan. Nos asignaron la tarea de construir dos casas para dos familias, las de Reina y Laura, quienes habían estado esperando este día con ilusión y esperanza.
Con nuestras herramientas en mano y nuestros corazones llenos de determinación, nos dirigimos hacia el lugar de trabajo.
Alegría y gratitud
Al llegar a la comunidad, fuimos recibidos con sonrisas cálidas y palabras de agradecimiento. Era evidente que nuestra presencia significaba mucho para ellos, y eso nos llenó de alegría y gratitud. Nos pusimos manos a la obra de inmediato, siguiendo las instrucciones de los líderes de Techo y trabajando en equipo para levantar las estructuras que pronto se convertirían en hogar para estas familias.
A medida que avanzaba el día, experimenté una sensación de conexión profunda con mis compañeros voluntarios y con las familias a las que estábamos ayudando. Compartimos risas, historias y momentos de camaradería mientras trabajábamos juntos en un día gris matizado por una pertinaz llovizna. A pesar del cansancio y el lodo, el espíritu de colaboración y solidaridad nunca flaqueó.
Al final del primer día, se logró avanzar casi el cincuenta por ciento del trabajo de los cimientos, que allanaron el camino para los voluntarios del día siguiente, quienes se encargaron de colocar la estructura y el techo de zinc.
Al final de la jornada, nuestro grupo miró a su alrededor y vimos el impacto tangible de nuestra labor: dos hogares nuevos, simples, pero sólidos, que representaban un rayo de esperanza en medio de la adversidad para estas familias. Un recordatorio poderoso de la importancia de colaborar, apoyar y ser parte de iniciativas como esta.
Después de la jornada de construcción, aunque como periodista las emociones no se cuentan en primera persona, regresé a casa con el corazón lleno de gratitud y humildad. Me di cuenta de que la verdadera riqueza reside en la capacidad de dar y servir a los demás, y que cada pequeño acto de bondad puede marcar una gran diferencia en la vida de alguien.
Es deber destacar que Techo no sólo construye casas, sino que también construye esperanza y oportunidades para un futuro mejor. Estoy agradecido por la oportunidad de ser parte de esta noble misión y animo a otros a unirse a esta causa que está cambiando vidas en República Dominicana y América Latina.
El propósito de Techo
Fundada en Chile en 1997 y expandiéndose rápidamente por América Latina, Techo es una organización conformada por jóvenes voluntarios comprometidos con la transformación social. Su misión es trabajar de la mano con los habitantes de asentamientos populares para construir viviendas de emergencia, proporcionar acceso a servicios básicos y promover el desarrollo comunitario integral.
Cada proyecto de construcción comienza con un análisis exhaustivo de las necesidades de la comunidad y la identificación de las familias más vulnerables que requieren apoyo. Una vez seleccionados los beneficiarios, los voluntarios trabajan en estrecha colaboración con los habitantes locales para planificar y ejecutar la construcción de nuevas viviendas.
A lo largo de sus años de operaciones en América Latina, Techo ha logrado impactar positivamente la vida de miles de personas trabajando en más de 100 asentamientos en toda la región.
Resultados
— Impacto
El trabajo de Techo va más allá de la construcción física de viviendas. Se trata de empoderar a las comunidades para que se conviertan en agentes de cambio en sus propios entornos al involucrar a los residentes locales en cada etapa del proceso.