Eslavos sureños fundaron Moscú en 1147. Cuatro siglos antes, el Kanato de Rus originario de Escandinavia ya había creado al Estado medieval de Kiev.
La procedencia de los eslavos orientales se pierde en la bruma de la Edad Media. El cristianismo, con monjes recolectores de historia, no llegó hasta que el príncipe Vladimir fue bautizado en 988. Este genocida asesinó a sus hermanos para gobernar; realizaba sacrificios humanos en iglesias.
Fue canonizado como patrono de Ucrania y Rusia, llamado “Gran Príncipe San Vladimir, igual de los apóstoles”.
Vladimir es Volodymyr en ucraniano, lengua más antigua que el ruso, de igual origen eslavo, el mayor grupo étnico y lingüístico europeo. La terquedad de la historia demuestra que Ucrania antecede a Rusia como Estado independiente y soberano.
En la actual guerra, sus presidentes son tocayos, con un nombre de origen tan sangriento como sus combates. Lenin también era Vladimir.
Otro Vladimir odiado es Drácula, conde rumano del siglo XV, tradicionalmente asociado con horrores tenebrosos. ¿Harán falta crucifijo o bala de plata para el Drácula ruso?