Altagracia Suriel
Cuando la adversidad toca a las puertas se tiene la posibilidad de bendecirla, maldecirla o sucumbir ante ella. Esas mismas opciones tuvieron los griegos cuando su cultura y la polis entraron en decadencia.
En ese contexto se afianzó una filosofía que de tiempo en tiempo resurge para afirmar la fortaleza humana frente a lo que no se puede evitar: el estoicismo.
Desde Zenón de Citio a Máximo Pigliucci, los principios del estoicismo seducen por su sencillez y aplicabilidad atemporal.
En esta pandemia, en el que anonadamiento ante la incertidumbre impone una actitud de reflexión, el camino estoico centrado en la imperturbabilidad, la vida virtuosa y la vuelta la naturaleza se convierte en faro de luz.
Practicar la imperturbabilidad:
Vivir con estoicismo implica practicar la ataraxia o imperturbabilidad. Frente a lo que nada podemos hacer, hay que mantener la calma.
Ante el que quiere desestabilizarnos, conservar la paz sin dar cabida a pasiones dañinas que conducen al sufrimiento.
La imperturbabilidad nos orienta a asumir la máxima del estoico Epítecto, «soporta y renuncia» o a poner siempre “al mal tiempo, buena cara”.
Vivir con virtud:
La vida virtuosa que propone el estoicismo se fundamenta en la sabiduría, el coraje, la justicia y la templanza. La sabiduría es la respuesta ante la ignorancia que es la causa del mal y de la infelicidad. El coraje y la templanza son la expresión de una voluntad, que, como decía Zenón de Citio “es más poderosa que el sufrimiento físico y moral”.
Practicar la justicia, natural y positiva, como manifestación de la racionalidad humana es la senda de la virtud. Siguiendo a Marcos Aurelio, es de sabios considerar que la vida es corta y debemos sacarle el máximo provecho con la ayuda de la razón y la justicia.
Volver a la naturaleza:
En estos tiempos de Covid-19, y del humo de los vertederos, cobra sentido la invitación del estoicismo de volver al naturalismo.
El arte de vivir desde la prudencia y lo natural es la vía para la autonomía del ser, que, en armonía con su entorno, se libera de la masificación y la contaminación.
