Domingo Abreu Collado
Este diciembre serán entregadas las primeras doce viviendas construidas por la Fundación Futuro Cierto a sendas familias de la provincia Elías Piña.
Las viviendas fueron construidas en Rancho la Guardia, uno de los lugares más pobres de la provincia más pobre del país.
Las familias que habitarán esas viviendas tendrán asegurada su integridad física, porque fueron construidas siguiendo los últimos lineamientos en materia de construcción antisísmica.
Pero además, también se tomaron en cuenta los posibles efectos del cambio climático, principalmente el aumento pluviométrico, uno de los efectos más devastadores de este fenómeno mundial, como lo hemos podido ver en los resultados de las últimas vaguadas ocurridas en la República Dominicana.
Todavía son imprevisibles los daños que ocurrirán en nuestro país como consecuencia del cambio climático. Todavía falta por ver cuánta agua más lloverá, cuántas ventiscas, tornados, trombas y ciclones nos azotarán, y cuánto ascenderá el nivel del mar. Pero lo que son esas doce familias de Rancho la Guardia, esas estarán a muy buen resguardo de esos efectos en sus nuevas, dignas y seguras viviendas.
La República Dominicana, tendría (o tendrá) que dedicar el 9,7 % de su PIB a la remediación de daños por efectos del cambio climático en el 2025; el 19,6 % de su PIB en el 2050; el 29,8 de su PIB en el 2075; y el 40,3 % de su PIB en 2100.
Entonces, ¿por dónde han comenzado a evidenciarse las pérdidas más inmediatas? Pues por los espacios más vulnerables, de mayor riesgo y amenazas a vidas: por las viviendas, principalmente aquellas cuya ubicación forzada “alberga” familias a orillas de ríos, cañadas, barrancos y depresiones.
¿Cuánto costará la remediación de los desastres ocurridos? Naturalmente, mucho más que lo que hubiera costado la prevención. ¿Y quién pagará las vidas perdidas? Indudablemente que se acreditarán a cuentas incobrables.
Desde hace un año, la Fundación Futuro Cierto comenzó su campaña de recaudación de fondos para la construcción de viviendas, estableciendo entre sus razones y propósitos la prevención de los efectos del cambio climático, y estos no se han hecho esperar.
Probablemente, si esta Fundación hubiera tenido mayor alcance de difusión para su propósito el año pasado, para la fecha de estas vaguadas e inundaciones hubiéramos tenido muchas más viviendas resguardando vidas de niños y adultos, como estará ocurriendo desde diciembre en Rancho la Guardia, Hondo Valle, Elías Piña.
La respuesta a los efectos del cambio climático, pero la respuesta preventiva, antes de que ocurran los desastres, está en la construcción de viviendas dignas y seguras, como lo está haciendo la Fundación Futuro Cierto. Viviendas dignas, seguras y en el lugar apropiado, como debería estar incluido en una ley de ordenamiento territorial que ya tiene 16 años de retraso.
Los efectos del cambio climático, como los que se están viendo con las últimas vaguadas, se sentirán en todo el Caribe. Veinticuatro pequeñas naciones, sumando una población de 40 millones de habitantes, están obligadas en estos momentos a trabajar arduamente desde ya para ver cómo adecuarán sus espacios territoriales para albergar dicha población, tomando en cuenta, además, que algunas de nuestras islas adyacentes habitadas –en atención a su mayor o menor elevación sobre el nivel del mar– tendrían que ser evacuadas.
El estimado es que para el año 2025 los niveles del mar estarán amenazando infraestructuras costeras, principalmente las estructuras soporte del turismo.
Esa situación ha lanzado a científicos y estadísticos a evaluar los posibles costos por daños, extendiéndole la vista hasta el año 2100 y estimándose pérdidas hasta de 46 mil millones de dólares anuales.
Todo eso si no comenzamos de inmediato a tomar las medidas necesarias preventivas contra los efectos del cambio climático.
No sabemos quiénes van a ocuparse ya de esta situación. Pero, al menos, la Fundación Futuro Cierto, Inc. está haciendo su parte construyendo viviendas seguras y dignas para los que van a estar más amenazados: los más pobres.
Para estas fechas la Fundación quería tener listos dos edificios de 12 apartamentos cada uno en el barrio El Caliche, de Villa Duarte, pero el Estado ha estado lento en el cumplimiento de su parte… y en estos casos hay que contar con el Estado.
Para el martes 6 de diciembre de este año tendremos el lanzamiento de la campaña 2016-2017, para tratar de llegar al mayor número de dominicanos y dominicanas, de todas las edades, y sensibilizarles para aportar por lo menos 50 pesos a esta campaña que busca dotar de viviendas dignas a toda la población dominicana.
Podemos lograrlo, más temprano que tarde, pero tenemos que comenzar ya. En Elías Piña ya comenzamos a lograrlo.
