Santo Domingo.-A su llegada al país en 2006, luego de cuatro años en Panamá, el deseo de OdileVillavizar de querer aportar más allá de lo que hacía con sus hijos no se detuvo y desde ese momento, sin pensarlo, le dio forma a la Fundación Manos Unidas por Autismo.
Se trata de una entidad sin fines de lucro que apoya a familias cuyos hijos tienen esta condición.
Con el conocimiento adquirido en el exterior y, sobre todo, por su experiencia personal, Villavizar empezó dando charlas a los parientes de niños autistas a quienes les orientaba sobre cómo cuidar a sus hijos.
Cada vez esos encuentros desarrollados de forma gratuita se hicieron más frecuentes, hasta formar grupos de apoyos, según cuenta.
“Cuando yo empiezo hablar de lo que me estaba pasando la gente comenzó a despertar y a decir: eso mismo me está pasando a mí”, manifestó.
Villavizar resalta que hubo muchas veces en las que para sacar adelante las actividades debió invertir dinero de sus actividades profesionales.
“Luego de varios meses mucha gente empezó a decirme que me hiciera una fundación y la misma necesidad para que otras personas pudieran donar me fue empujando”, indicó.
Pese a la limitación de recursos y a la falta de un local nació en 2007 la Fundación Manos Unidas por Autismo.
La emprendedora indica que en ese proceso no faltaron las críticas y muchas personas le “salieron huyendo”, porque pensaban que el proyecto no tenía futuro. Sin embargo, después se le acercaban para felicitarla diciéndole: ¿cómo lo hiciste?
“Muchas veces yo también me pongo a pensar cómo lo hice, porque no teníamos nada más que la voluntad para trabajar”, señaló.
Servicios y necesidades
La fundación opera como un centro de terapia para personas autistas desde un año en adelante.
En la actualidad tienen a 115 personas con autismo, en su mayoría niños. El mayor de todos tiene 58 años.
Ofrecen diferentes servicios, dependiendo de la edad. Desde un año hasta los seis tienen intervención temprana.
De ahí empieza el proyecto de habilidades sociales, que se extiende hasta los 12 años, y el programa de preparación previo a la vida adulta para adolescentes de 15 en adelante.
Asimismo ofrecen un programa de educación especial para los niños que están en la escuela y uno de de arte, entre otros.
“Quisiéramos tener más servicios, pero eso representa un costo y debemos unir personas o empresas que quieran apoyar”, manifestó Villavizar.
Dentro de los planes está llevar más ayuda al interior del país y buscar una casa donde puedan expandir el programa de preparación para la vida adulta, en el que los niños con esta condición aprendan a realizar los quehaceres del hogar para mantenerse ellos y sus familias.
“Muchas veces los chicos llegan a una edad que mientras más grandes se van poniendo menos oportunidades tienen y menos servicios se les ofrecen”, especificó.
Un aporte significativo a su sueño
Villavisar, luego de armarse de valor y presentar en 2011 el proyecto al empresario Oscar Villanueva, presidente de la fundación “Quiéreme como Soy“, recibió una donación de RD$4 millones.
“Yo duré como tres días llorando, porque ellos creyeron en mi sueño”, manifestó entre lágrimas.
Villavisar afirma que con ese dinero, junto a otra donación, lograron comprar la casa donde actualmente operan en la calle Serafina Aquino de Tapia número 15, del sector San Gerónimo.