Siempre digo que los problemas llegan solos. Por lo tanto, todos aquellos que nos creamos nosotros mismos no son necesarios para nada.

Tenemos como una tendencia, hablo en general porque lo veo constantemente, a complicar las cosas y buscar algún impedimento sea real o imaginario. Eso de que todo fluya, de aceptar las cosas, de tomar una decisión sin dudar como que queda muy bien sobre papel, a la hora de la verdad queremos controlarlo todo y dudamos o buscamos siempre algún “pero”.

Luego, cuando llegan los problemas de verdad, esos que no esperamos ni controlamos y que debemos enfrentar con fuerza, estamos con tantos otros creados que ahí es cuando perdemos las batallas.

Personalmente, no digo que funcione para todos, he encontrado una forma de soltar dudas, miedos y elucubraciones mentales que me frenen. Sencillo. Me visualizo de manera positiva en aquello que quiero hacer.

Creo firmemente en la energía, en la fuerza del pensamiento positivo y en muchas ocasiones así ha sido.

En otras no, pero no me ha importado porque no siempre se logra aquello que uno espera o quiere, pero las veces que he dudado, que no he hecho ese ejercicio de visualizarme, al final no solo he estado agobiada es que en la mayoría de las ocasiones mis peores predicciones se han dado.

Por lo tanto, visualicen todo aquello que quieren ser, lograr, desarrollar, pero háganlo de forma positiva, con las cosas buenas que eso les va a traer, con todo lo que tienen que hacer para lograrlo y dejen que los problemas lleguen solos, no los llamen, no los creen y muchos menos basen sus decisiones en lo negativo que pudiera ser, sino en lo positivo que será.

Les aseguro que el proceso va a ser satisfactorio, siempre, sin importar el resultado.