He leído artículos extensos de intelectuales dominicanos con historias minuciosas de etapas, personajes y anécdotas vividas en la Ciudad Colonial, que sigue ahí para vivirla; quiero hablar de su riqueza, cuanto posee y podemos disfrutar… es parte de nuestra historia. Todos podríamos recordar alguna vivencia en la zona, como se le llama. Eso parece ser, una amplia “zona” con lugares de diversión nocturna, y no, no es así.
Preciso recordar la importancia y prestancia de nuestra Ciudad Colonial, edificaciones de valor histórico y arquitectónico; decenas de instituciones vigentes, activas, que merecen ser vistas, visitadas, conocidas. No pertenece a grupos determinados para imponer su preferencia, no, es de todos.
Las grandiosas plazas son centros de compras, con aportes y posibilidades de negocios, actividades y diversión, claro está, pero en general son compras y vitrinas.
La Casa de las Academias, bellísima construcción con arcos de ladrillos y balcones de madera, residencia del dictador Ulises Heureaux (Lilís), donde se realizan siempre actividades. Al igual el Centro Cultural Español, Casa de Teatro, Centro Cultural BanReservas y el Museo de las Telecomunicaciones realizan actos culturales, literarios y artísticos.
Los museos son muchos, la casa de Duarte, de la Cerámica, del Ámbar, de la Familia Dominicana, Alcázar de Colón, de las Casas Reales, de la Catedral, que está próximo a inaugurarse, y de las Telecomunicaciones y la Resistencia, ambos con tecnología moderna.
La calle El Conde es eje de la Ciudad Colonial, con atractivos perennes; su historia está poblada de poetas, personajes históricos y lugares placenteros para sentarse a tomar un café o algo frío.
Igualmente, pueden realizarse compras en tiendas de piezas especiales, exclusivas y lencerías para vestir y el hogar; existe una de un español quien me dijo haber participado en la Guerra de Abril de 1965. Del mismo modo, no conocido por muchos, hay un museo del cacao, deliciosas degustaciones al paladar y culturales, franquicia francesa de cacao dominicano.
