Los reeleccionistas y antirreeleccionistas están hace meses al último “guay”, unos a favor y otros en contra, “jalando” cada cual para el lado que más le convenga, donde esté o pueda estar la “grasa”, en donde puedan obtener mayores beneficios.
Esa ha sido la práctica común en todos los sectores de la vida nacional, desde el mismo descubrimiento, porque hasta el cacique Guacanagarix, en su momento, se prestó, en pro de buscar beneficios, a colaborar con los conquistadores.
Por lo tanto, el “guacanagarixmo”, al parecer, lo lleva el dominicano en las venas desde 1492, y luce que va “in crescendo” en forma exponencial.
Recientemente, llamó poderosamente la atención la lucha que durante meses se escenificó en la Confederación de Béisbol del Caribe, donde Juan Francisco Puello Herrera, a quien se reconoce un buen trabajo, se quedó por otros dos años, con los que completará 30 al frente de esa entidad, uno menos que Trujillo. Nada fácil.
Para una gran parte de la población resulta inexplicable la capacidad que tienen los dirigentes deportivos para permanecer toda una vida, algunos hasta 44 años, al frente de esos organismos, sin hacer absolutamente nada por mejorar la disciplina bajo su responsabilidad.
Entonces, la pregunta del millón es: ¿cuál es la fórmula que tienen esos dirigentes para mantenerse al frente de entidades deportivas sin haber realizado ningún aporte significativo?
O aquellos que, después de estar por años quieren, golosos y cueste lo que cueste, regresar como fieras hambrientas.
Lo mismo pasa en la política partidista, donde hasta se heredan la presidencia de los partidos, y donde las esposas e hijos, suegros o cuñados se quedan siendo senadores, diputados o funcionarios, cuando sus consortes, padres, hermanos se retiran por diversas causas.
Este es un país donde la democracia no prevalece sobre todo, donde no se respeta la alternancia. Así vamos muy bien.
RADARES.- Sería un palo de foul para el boxeo mundial que Saúl Canelo Álvarez, esté realmente ligado a mafiosos, narcotraficantes y lavadores de activo, como afirma hace una publicación. Esto sería una desgracia para un atleta que viene de los estratos más bajos, y que en base a sudor y lágrimas, ha logrado elevar sus bonos por las nubes.