Virtudes escasas…

Virtudes escasas…

Virtudes escasas…

En 1858, Santana expropió fincas, casas, negocios y animales de Báez y sus hermanos y de paso les “quitó” varias mujeres. Trujillo cambió la Constitución para que su amante españolita fuera esposa y Bienvenida su querida, con aplausos clamorosos de la sociedad capitaleña.

Balaguer nunca reconoció hijos que alegan serlo. Bosch calificaba a Peña como “degenerado”. Enemigos de Guzmán susurran que su depresión suicida fue porque no existía el taladafil. Hipólito acostumbra regalar sildenafil a seguidores.

Leonel gobernó divorciado y tras casarse no siempre duerme en su casa. Gobierno y oposición tienen personajes cuyos apodos a sus espaldas refieren parentescos desconocidos.

La dirigencia opositora incluye dadores de cheques malos, explotadores que pagan miserias, dipsómanos irremediables y donjuanes hípersexuados. Los secretos impublicables de nuestra fauna política son conocidos.

¿No tendría que ver la corrupción mentada con tanta flagrante hipocresía ante inmoralidades, amoralidades o indelicadezas que, si molestaran al pueblo, menguarían las votaciones? Aquí pocos poderosos aguantarían escrutinios tipo Congreso estadounidense para funcionarios.

Pero vivimos denunciando al contrario. ¡La vida del trópico!



José Báez Guerrero

Abogado, periodista y escritor dominicano.

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