Villano de la noche a la mañana

Villano de la noche a la mañana

Villano de la noche a la mañana

Hugo López Morrobel

La historia de la humanidad está plagada de hombres y mujeres que después de ser protagonistas de hechos sobresalientes en favor de sus respectivas sociedades, de repente se convierten en verdaderos villanos, traidores de las mismas causas que defendieron por años.

Esos desleales y taimados son comunes en todos los sectores, porque en algunos casos se multiplican exponencialmente.

Muchos tratan de convivir en el mismo seno de las sociedades a las que fueron desleales, sin tener el mínimo pudor.

En deportes se registran decenas de elementos que en un momento determinado fueron verdaderos ídolos, una especie de divinidades, adoradas por multitudes.
Empero, eran una especie de castillos de arena que se han ido desintegrando, cuando se descubre que cometieron atrocidades o falsearon hechos en los que se coronaron como héroes.

En República Dominicana hemos vivido eso en muchas ocasiones, siendo el caso de Pedro Santana uno de los más llamativos y sobresalientes, por la traición que cometió después de haber materializados hechos de suma trascendencia, como fueron las batallas de Las Carreras y del 19 de marzo, que en parte consolidaron la Independencia Nacional.

Luego, es de todos conocido, la tremenda metida la pata que dio un giro de 180 grados, como el principal promotor de la anexión a España, unido a crímenes contra héroes de la Independencia y la Restauración.

En deportes, Robinson Canó, un atleta que lo tenía todo, hoy sufre el descalabro moral entre su propia gente, que lo observa disparar jonrones, pero con la duda de que podrían ser producto de manejos indebidos para mejorar su rendimiento. Que lástima, de héroe a puro villano.



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