El Día Mundial del Sida se celebra el 1 de diciembre y el lazo rojo simboliza la lucha, el compromiso y la solidaridad con quienes padecen esta enfermedad.
El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) es un problema de salud pública global que se ha cobrado 35 millones de vidas hasta la fecha, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Solo el año pasado, cerca de un millón de personas en todo el mundo murieron por alguna causa relacionada con este virus.
Aproximadamente 37 millones lo portan -el 70% vive en África- y 1,8 millones lo contrajeron en 2017.
La enfermedad del sida solo se diagnostica a quienes han sido contagiados del VIH.
Desde que esta se empezara a extender en los 80, toda clase de ideas descabelladas sobre cómo se transmite y cómo se padece han alimentado prejuicios y estigmas sobre quienes tienen que vivir con este virus.
En el Día Mundial del Sida, BBC Mundo desmonta algunos de estos mitos.
1. Si estoy cerca de gente con VIH, me puedo contagiar
Esta idea equivocada ha provocado que se discrimine a quienes tienen VIH durante mucho tiempo y, pese a todas las campañas de concientización, el 20% de los británicos aún creía en 2016 que este virus se podía pasar a través del contacto con la piel o la saliva de alguien que lo portaba.
Sin embargo, el VIH no se transmite a través del tacto, las lágrimas, el sudor, la saliva ni la orina.
Tampoco a través de:
- Respirar el mismo aire.
- Abrazos, besos o un apretón de manos.
- Compartir cubiertos.
- Compartir una fuente de agua.
- Compartir objetos personales.
- Usar las mismas máquinas o accesorios para hacer ejercicios en el gimnasio.
- Utilizar el mismo inodoro o manija de la puerta.
El VIH se contagia si se intercambia fluidos como sangre, semen, flujos vaginales y leche materna con portadores del virus.
2. Existen remedios alternativos para el VIH
Absolutamente falso. Los remedios alternativos como ducharse después de las relaciones sexuales o tenerlas con alguien virgen no actúan contra el VIH.
El mito de «limpiarse con una persona virgen», que tomó arraigo en el África Subsahariana, partes de India y Tailandia, es especialmente peligroso.
Ha fomentado la violación de niñas pequeñas e incluso de bebés, poniéndolos en riesgo de contagiarse del VIH.
Se cree que esta mentira surgió en la Europa del siglo XVI, cuando se extendió la sífilis y la gonorrea. Tampoco funciona con estas enfermedades.
Las oraciones y los rituales religiosos pueden ayudar a las personas a lidiar con situaciones difíciles, pero a nivel médico no tienen efectos sobre el virus.
3. Los mosquitos pueden transmitir el VIH
Si bien el VIH se contagia a través de la sangre, varios estudios demuestran que el virus no se transmite a través de mordeduras o insectos que chupan sangre por dos razones:
1) Cuando estos muerden, no inyectan la sangre de la persona o animal que mordieron antes.
2) El VIH solo sobrevive un periodo de tiempo muy corto dentro de estos insectos.
Así que, incluso si en un área hay muchos mosquitos y una alta prevalencia de VIH, ambos factores no guardan relación entre sí.
4. No me voy a contagiar a través del sexo oral
Es verdad que el sexo oral es menos riesgoso que otros tipos de actos sexuales. La tasa de contagio está por debajo de los cuatro casos cada 10.000 ocasiones.
Pero es posible contraer el virus teniendo sexo oral con un hombre o mujer que lo porta, por eso los médicos también recomiendan usar condones para practicarlo.
5. Si uso condón, no me contagio
Los condones pueden fallar a la hora de evitar la exposición al VIH si se rompen, resbalan o se agujerean durante el acto sexual.
Es por eso que las campañas contra el sida que tienen éxito son aquellas que no solo se enfocan en animar a la gente a usar preservativos sino también a hacerse pruebas y recibir tratamiento de manera inmediata si dan positivo.
Según la OMS, una de cada cuatro personas con VIH no sabe que lo tiene, eso significa que hay 9,4 millones que representan un gran riesgo de contagio.
6. Si no tengo síntomas, entonces no tengo el virus
Una persona puede vivir 10 o 15 años con VIH sin presentar ningún síntoma. También puede experimentar una especie de gripe que incluye fiebre, dolor de cabeza, sarpullido o dolor de garganta en las primeras semanas después del contagio.
Otros síntomas pueden aparecer a medida que la infección debilita el sistema inmune: inflamación de los ganglios linfáticos, pérdida de peso, fiebre, diarrea y tos.
Sin tratamiento también se puede desarrollar enfermedades graves como la tuberculosis, la meningitis criptococócica, infecciones bacteriales severas y cánceres como linfomas o el sarcoma de Kaposi, entre otros.
7. Quienes tienen VIH mueren jóvenes
Quienes saben que tienen VIH y siguen el tratamiento tienen cada vez más una vida saludable.
El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) dice que el 47% de quienes viven con VIH tienen la carga viral suprimida, es decir, que la cantidad del virus presente en su sangre es tan pequeña que no se detecta en una analítica normal.
Estas personas no pueden pasar el virus a otras, ni siquiera a través de la vía sexual.
Sin embargo, si se dejan de tratar, los niveles de VIH pueden volver a elevarse y ser detectables.
Según la OMS, 21,7 millones de personas que viven con el virus recibían tratamiento antirretroviral en 2017 -en 2010 eran solo ocho millones- lo que supone alrededor del 78% de los pacientes con VIH positivo que conocen su diagnóstico.
8. Las madres con VIH siempre se lo contagiarán a sus hijos
No necesariamente. Las madres que tienen la carga viral suprimida pueden tener descendencia sin transmitirle el VIH.