Dr. Rafael Molina Morillo, director de El Día.
Antiguamente la conmemoración de ciertas fechas o acontecimientos especiales se llevaban a cabo en forma sencilla, apegada a muy firmes tradiciones.
Con el paso del tiempo, sin embargo y por ejemplo, los Reyes Magos ya no viajan en camellos, sino en naves espaciales; los paisajes navideños en nuestra calurosa isla tropical están cubiertos de nieve; el viejo gordo de barba blanca llamado Santa Claus ha cambiado las fechas del calendario, creando confusión en la vuelta a clases… y así por el estilo.
Una de las novedades que más rápidamente ha calado en la sociedad dominicana es el Viernes Negro, que en los Estados Unidos, principalmente, marca el inicio de la temporada de compras navideñas, con grandes rebajas de precios.
Como es lógico, los comerciantes fomentan mucho esta celebración y algunos llegan a grados de exageración nunca vistos, buscando la manera de estimular las ventas.
Por más que estemos acostumbrados a cierto tipo de extravagancias, me he quedado atónito al leer en un periódico dominicano un anuncio comercial mediante el cual una funeraria de El Seibo ofrece ataúdes a mitad de precio, en esta fecha especial.
¿Habrá quien se anime a aprovechar esta “ganga” y compre más de un sarcófago, por si acaso?
