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Viaje corto

Lady Reyes, directora de Encuentros Interactivos.
📷 Lady Reyes, directora de Encuentros Interactivos.

Vivir con la certeza de que la vida es un viaje breve -más largo para unos, más corto para otros- es darse el permiso de disfrutar cada instante.

Sin embargo, muchas veces nos engañamos pensando que la felicidad llegará cuando todo esté en orden: cuando tengamos estabilidad económica, cuando logremos ese sueño pendiente o cuando el mundo, al fin, nos dé tregua.

La verdad es que si esperamos a que todo esté bien para ser felices, corremos el riesgo de morir sin haber conocido la felicidad.

La vida rara vez se acomoda a nuestros planes. Siempre habrá un pendiente, un imprevisto o una prueba. Y, aun así, cada día guarda pequeños destellos que nos recuerdan que la plenitud no está en esperar tiempos mejores, sino en aprender a abrazar lo que ya tenemos: un café compartido, una conversación honesta, una caminata al atardecer.

La felicidad, al final, se parece más a la gratitud que a la perfección.
Nuestra fortuna no está escondida en grandes conquistas, sino al alcance de la mano: en las personas que amamos, en los recuerdos que decidimos crear y en los instantes cotidianos que, aunque parecen sencillos, se vuelven eternos. Vivir es una ocasión especial en sí misma. No necesita permiso ni justificación.

He aprendido que no debemos vivir con miedo. Si algo está destinado a ser, será, solo que en el momento adecuado.

Nuestras vidas no son una competencia contra el tiempo ni contra los demás, es un regalo que se disfruta en el trayecto, en este viaje corto que todos compartimos.

Quiero compartirle tres recomendaciones imperdibles para quienes, como yo, creen que la felicidad está en el presente:

  • Celebra lo cotidiano. No esperes las fechas especiales para brindar, agradecer o decir “te quiero”.
  • Atesora a tu gente. Las personas no siempre estarán, pero los recuerdos que construyas con ellas permanecerán contigo.
  • Permítete ser. No pospongas lo que te da paz o alegría. Vive ahora, no en un borrador.
    Este viaje corto que es la vida nos recuerda, cada día, que la verdadera riqueza es saber vivir y la mejor decisión es disfrutar el trayecto.

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