El piloto neerlandés de Red Bull, Max Verstappen, y el británico de Mercedes, Lewis Hamilton (i), en el podio del Gran Premio de España de Fórmula Uno.
Montmeló (Barcelona),- El neerlandés Max Verstappen (Red Bull) reforzó su liderato en el Mundial de F1 al ganar de forma aplastante este domingo el Gran Premio de España, donde se impuso por delante de los resurgidos Mercedes de los ingleses Lewis Hamilton y George Russell; y de su compañero de equipo, el mexicano Sergio Pérez.
En una carrera disputada en el circuito de Montmeló (Barcelona) que los españoles Carlos Sainz (Ferrari) y Fernando Alonso (Aston Martin) concluyeron quinto y séptimo, respectivamente.
Verstappen, de 25 años, presentó de forma oficial su candidatura a apuntarse un tercer título seguido, con otra exhibición canjeable por su cuadragésima victoria en la Fórmula Uno, la quinta de la temporada y la tercera en el Circuit de Barcelona-Catalunya; donde hace siete temporadas se había convertido en el más joven ganador de la historia y en la que había subido a lo más alto del podio el año pasado.
Lo hizo, además, con un ‘Grand Slam’ (o ‘Grand Chelem’)- saliendo desde la ‘pole’ y liderando de principio a fin una carrera en la que, además, marcó la vuelta rápida.
Muchos de los 125.565 aficionados que, según fuentes oficiales, llenaron este domingo el circuito barcelonés afrontaban el fin de semana esperando la ansiada ’33’, la que sería la próxima victoria del doble campeón del mundo Fernando Alonso (Aston Martin) y el primer podio de la temporada del otro español, el madrileño Carlos Sainz (Ferrari).
Pero las cosas no salen siempre como uno quiere y en esta ocasión, Sainz, que arrancaba segundo, sólo pudo ser quinto; y Alonso, que mantuvo el tercer puesto en el Mundial, apenas pudo avanzar una plaza desde la formación de salida, para acabar séptimo. Que en condiciones normales Verstappen iba a ganar este domingo lo sabían hasta los más despistados de la zona. La sorpresa la dieron los otrora invencibles Mercedes, que dominaron la era híbrida con ocho títulos de constructores -y siete de pilotos- seguidos. Y que, sin estar donde quisieran, le arrebataron la segunda plaza en el Mundial de constructores a Aston Martin.
Hamilton, a quien sólo el otro séptuple campeón mundial, el alemán Michael Schumacher -convaleciente aún del grave accidente de esquí que sufrió en 2013-, iguala sus seis victorias en Montmeló, se subió por undécima vez al podio en Barcelona. Acabó segundo, por delante de su compañero Russell, autor de la remontada del día, al salir duodécimo y acabar tercero; robándole el protagonismo a ‘Checo’- que era por quien todos apostaban para dar el mayor salto de la jornada.
La ’33’ marca tendencias en la F1, pero la idea se esfumó pronto, porque el sábado Alonso dañó el suelo de su Aston Martin en la Q1, la primera ronda en la que comprometió el resto de una calificación que, según él mismo explicó a EFE tras la carrera, se convirtió “en el talón de Aquiles de todo el fin de semana».
Así que las esperanzas del público español pasaron del verde al rojo, con la sensacional vuelta que dio el sábado Sainz; que auguraba, como mínimo, el podio 16 en la división de honor del motor para el hijo del doble campeón mundial español de rallys de igual nombre. Al final, ni la ’33’, ni el ’16’. Porque Verstappen arrastró y cantó las cuarenta.
Dejando claro, a falta de quince carreras, que nada le puede apartar de su fijación por lograr este año el tercer título seguido; con el muy dominante coche diseñado por el genial ingeniero inglés Adrian Newey, el guru de la aerodinámica, ‘padre’ de la nave con la que el alemán Sebastian Vettel lideró el otro periplo glorioso de la escudería austriaca, entre 2010 y 2013- con cuatro títulos de pilotos y otros tantos por equipos. Si al mejor piloto del momento le ofreces el mejor coche posible, el resultado es muy previsible.
Tras arrasar en el Circuit, ‘Mad Max’ -que es un salvaje y, además, no falla-, lidera el Mundial con 170 puntos, 53 más que su compañero mexicano; mientras que Alonso sigue tercero en el certamen, con 99. Verstappen se exhibió durante todo el fin de semana, en el que sólo dejó de liderar una tabla de tiempos- la de la Q2, que encabezó Sir Lewis.
Después haber sido el más rápido el viernes, había firmado el sábado su vigésima cuarta ‘pole’ (la cuarta del año y la primera en Montmeló), igualando las marcas de dos mitos, el austriaco Niki Lauda y el brasileño Nelson Piquet, ambos con tres títulos- un grupo al que se unirá el súper-depredador neerlandés este año, salvo asombroso volantazo en el guión del certamen. Sainz, que al fin firmó, como era su deseo, una calificación limpia, partía segundo, desde la primera línea, al lado del que fue su primer compañero en la categoría (en 2015 y en Toro Rosso, actual Alpha Tauri); y por delante de los ingleses Lando Norris (McLaren) y Hamilton, que avanzó un puesto en la formación de salida gracias a la sanción -de pérdida de seis- al francés Pierre Gasly (Alpha Tauri); de la que se beneficiaron, para avanzar una posición en parrilla, otros cinco pilotos.
Entre ellos Alonso, noveno tras comprometer toda la calificación al haber dañado el suelo de su Aston Martin en la grava adyacente a la última y muy rápida de las 14 curvas de una pista modificada en esa zona (de la que se eliminó del la chicane); y que partió octavo. Charles Leclerc -compañero de Sainz en Ferrari- que había quedado eliminado el sábado en la Q1 Gran Premio de España, arrancó desde el ‘pit lane’; después de que la ‘Scuderia’ decidiese sustituir “toda la parte trasera del coche” del monegasco; ‘poleman’ el año pasado en Barcelona y que, en cualquier caso, hubiese arrancado desde la decimonovena plaza.
Todos salieron con neumáticos blandos, a excepción de los Red Bull, que lo hicieron con medios; y Leclerc, con el duro.
En una carrera en la que la gestión de los mismos iba a ser clave y que acabó frustrando a Sainz, que indicó a EFE en Montmeló que “al menos” se va “con la sensación de haberlo dado todo”, con un coche con el que “no” puede apretar, porque degrada demasiado las gomas, pero en el que al menos confirmó que es el piloto más consistente de su escudería.
Su compañero monegasco acabó undécimo y sigue por detrás en el Mundial, a 16 de los 58 puntos que mantienen al talentoso piloto madrileño en la sexta plaza del campeonato. Verstappen aguantó la embestida inicial de Sainz; Norris salió mal -y pinchó, entrando en garaje-; y los Aston Martin lo hicieron bien, pero no acabaron donde quisieron- salvo, quizás, el canadiense Lance Stroll, que por primera vez en lo que va de año estuvo por delante de su nuevo maestro tanto el sábado como el domingo.
Tras la tercera vuelta Stroll era tercero y Alonso, sexto; pero las cosas acabarían cayendo por su propio peso, porque Russell ya había avanzado cinco puestos; y un par de giros más adelante superó al español. ‘Checo’ ya era octavo en la décima de las 66 vueltas. Y antes de las primeras paradas, Hamilton había superado a Stroll, amenazado a su vez por Russell. Carlos puso el compuesto medio en la 16 y regresó a pista por detrás de Leclerc, que lo dejó pasar antes de entrar él mismo a garajes para instalar el blando.
‘Mad Max’ comandaba por delante de los Mercedes, con Alonso cuarto y ‘Checo’ quinto tras la vigésima repetición, cuando ninguno de ellos había parado. Y cuando aún la mayoría miraba al cielo, a ver si finalmente llovía o no. No lo hizo; y Verstappen condujo hasta meta sin peligro alguno, salvo el de sus propios límites, convertidos ahora en sus juguetes favoritos. Hamilton paró en la 25, puso medio y se lanzó -con neumático más fresco- a por Carlos, que rodaba tercero, por detrás de los dos Red Bull, que seguían sin parar.
El nuevo ídolo deportivo de los Países Bajos, que rodaba completamente ‘sobrado’ lo hizo dos giros más tarde, para poner el duro, permitiéndose el lujo de regresar a pista por delante de ‘Checo’, que paró acto seguido a instalar las mismas gomas; cuando Hamilton había superado a Sainz, al que se le empezaba a acercar el otro Mercedes, el de Russell, marcando vueltas rápidas.
En el ecuador de la prueba, lideraba por delante de Hamilton y de Sainz, al que Russell adelantó en la primera curva de la 35, sacándolo del podio. Y al que apuntaba, en su cabalgada, ‘Checo’; que había relegado al sexto puesto a Alonso y rodaba quinto.
El madrileño colocó el duro en el 42 y entró sexto en pista, por detrás de Alonso; que efectuó la misma operación a falta de veinte giros para meta. Russell efectuó su segunda parada -a blandos- una vuelta más tarde, en la lucha por el tercer puesto con ‘Checo’, que -a falta de su último ‘pit stop’- era tercero, por detrás del súper-depredador neerlandés y de Hamilton.
Sir Lewis y el bravo piloto tapatío pusieron el blando a falta de quince; cuando el astro astur, que ya había rebasado al japonés Yuki Tsunoda (Alpha Tauri) dio cuenta también -en recta de meta y entrando en la salida del ‘pit lane’- de Esteban Ocon (Alpine), cuando el francés pretendía cerrarlo, antes de la primera curva de la 51.
Para ponerse séptimo. ‘Checo’ pasó a Carlos en ese punto un giro más adelante, recuperando el cuarto puesto. Y ahí se acabó lo que se daba.
A Verstappen le avisaban de que no asumiera riesgos, después de que le enseñaran la bandera blanca y negra por haberse saltado un par de veces los límites de pista.
Pero a ‘Mad Max’ no lo llaman así por casualidad. Si le dicen que frene, él acelera. E inmediatamente después marcó la vuelta rápida en carrera. Firmando otra actuación de matrícula de honor y confirmando que sólo una auténtica debacle evitará su tercer título y un nuevo doblete en el Mundial para Red Bull.
El periplo europeo, que la tragedia humana derivada de las inundaciones impidió que arrancase en Imola (Italia) y que se reanudará el primer fin de semana de julio en el Red Bull Ring de Spielberg (Estiria), sede del de Austria; se interrumpirá brevemente con el Gran Premio de Canadá; que se disputará dentro de dos fines de semana en el circuito Gilles Villeneuve de Montreal.