El desconchiflamiento del liderazgo verde quizás tiene mucho que ver con la evidente desconexión entre sus voceros y las aspiraciones de la masa enorme que ha protestado contra la corrupción e impunidad.
Este miércoles 5 a media mañana una encuesta no científica en el portal de diario Hoy, a la pregunta “¿apoyará la marcha verde del 16 de julio?” los lectores habían respondido 77 % que no, 21 % que sí y 2 % indiferente.
¿Quiere decir este cambio en la opinión pública que ya la mayoría de los dominicanos no está indignada por la corrupción e impunidad, especialmente la del caso Odebrecht?
La indignación persiste. Quienes quisiéramos un país mejor y apoyamos las exigencias verdes originales, para hacer justicia ante tantos ilícitos flagrantes, aspiramos a fortalecer nuestra institucionalidad democrática, no a suplantarla mediante sediciones aventureras.
Junto con todas las cananas de la corrupción e impunidad, nuestro país posee atributos envidiables cuya preservación requiere de paz y estabilidad.
Los dirigentes verdes confundieron el fervor cívico con ansias revolucionarias y ahí mismo fracasaron. ¡Pero el verdor vive!