Paulo Coelho, escritor brasileño procedente de una familia con fuerte influencia católica, indicó que “cuando alguien desea algo debe saber que corre riesgos, y por eso la vida vale la pena”.
Satisfacer los deseos es bueno, siempre que no sea haciendo el mal. Una de las ventajas de las buenas acciones radica en elevar el alma y disponerla a hacer otras mejores cada vez que se tenga la oportunidad.