Los legisladores de la oposición Ángel Medina, a la izquierda, y Manuela Bolívar hablan con los medios de comunicación a su llegada a la Fiscalía General de Venezuela para presentar un pedido de investigación sobre las recientes elecciones de la Asamblea Constituyente en Caracas, el jueves 3 de agosto de 2017.
Caracas.-Venezuela ha entrado en un período de calma tras la elección de la controvertida Asamblea Nacional Constituyente que impulsó el presidente Nicolás Maduro para cambiar el ordenamiento jurídico y sacudir las instituciones, un ambiente que parece contradecir los pronósticos de guerra previos al proceso.
Por primera vez, después de cuatro meses de protestas antigubernamentales que han mantenido el país sumergido en movilizaciones, cierre de calles y la consecuente represión por parte de las fuerzas de seguridad, hay una atmósfera de tranquilidad, aunque todo parece indicar que se acerca una tormenta.
La elección de la Asamblea Constituyente se celebró el domingo y, hasta este jueves, no se ha desarrollado ninguna protesta, lo que, según Maduro, es una prueba de que su iniciativa era la correcta, pues uno de sus objetivos era buscar la paz.
Los barrios habitados por la clase media, en los que en esos cuatro meses habían permanecido las calles cerradas o casi cerradas, ven hoy sus vías despejadas con solo algunos remanentes de lo que fuera usado para barricadas como escombros, troncos o enseres rotos.
La alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) había convocado para hoy a una marcha “contra el fraude constituyente» pues se esperaba que esta figura conformada exclusivamente por chavistas se instalara este jueves en el palacio legislativo donde opera el Parlamento, de contundente mayoría antichavista.
En vista de que este acto de instalación fue pospuesto para mañana, la oposición también cambió la invitación para este viernes.
“Yo voy a marchar cuando me digan, lo peor que podemos hacer es quedarnos quietos, no podemos regalarles el país a estos delincuentes”, dijo a Efe la ingeniera Belkis Martínez, que asegura no haber faltado a ninguna protesta contra el Gobierno en estos cuatro meses.
El empresario Alejandro Orta se muestra, en cambio, más desanimado y asegura que no volverá a marchar a menos que también lo hagan los habitantes de los sectores más pobres del oeste de Caracas -donde aún quedan zonas chavistas- para que sea todo el país el que estremezca las calles.
“El rollo actual es el embarramiento de la oposición, el doble ‘play’”, dijo al referirse a las supuestas negociaciones entre el Gobierno y algunos dirigentes opositores.
Los barrios más pobres también han protestado en estos últimos meses contra el Gobierno, aunque no siempre al lado de la clase media. Estas protestas se han desarrollado, sobre todo, en las noches y no se han extendido más allá de sus límites geográficos.
El alcalde metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma, preso desde principios de 2015, difundió recientemente un vídeo en el que pide a los dirigentes de la MUD hacer autocrítica y reconocer que han tomado decisiones equivocadas porque “prima la vanidad” entre ellos y están pendientes de participar en elecciones regionales o locales.
También pidió mantener el optimismo y no abandonar las protestas. Sin embargo, y pese a estas críticas, el diputado opositor Henry Ramos Allup, que además es secretario general del tradicional partido Acción Democrática (AD), dijo este miércoles que su organización sí participará en las elecciones de gobernadores que, según el Poder Electoral, se harán en diciembre, lo que le valió fuertes reproches.
Poner sobre el tapete unas elecciones regionales después de cuatro meses de protestas en las que se pide un cambio de Gobierno ha sido leído por algunos como “una burla”, sobre todo después de que en estas manifestaciones han muerto más de 120 personas.
Lo cierto es que las últimas protestas de calle, hechas el mismo domingo contra los comicios, fueron “fumigadas” con gases lacrimógenos y perdigones por las fuerzas de seguridad y el ministro de Interior, Néstor Reverol, dijo que ese día se inició “una nueva fase del Plan Especial de Patrullaje con Contención Activa” de las manifestaciones.
Entretanto el país se mantiene a la expectativa sobre las reacciones de la comunidad internacional sobre la Asamblea Nacional Constituyente, que no han sido pocas, y en su mayoría se traducen en un contundente rechazo a este proceso impulsado por Maduro.
También se ha observado el surgimiento de críticas desde el mismo chavismo a través de diputados y exfuncionarios que han manifestado su rechazo a la Constituyente mientras que la compañía que instaló las máquinas de votación electrónica, Smartmatic, afirmó que las cifras oficiales de esa elección fueron infladas por el Gobierno.
Además, la Fiscalía venezolana informó que investigará esta denuncia de fraude y si existieron delitos “de lesa humanidad» durante ese proceso electoral.
Mientras, se siguen produciendo detenciones arbitrarias de supuestos organizadores de protestas y según la ONG Foro Penal Venezolano, hay más de 600 presos políticos en la actualidad.