Venezuela enseña a desobedecer

Venezuela enseña a desobedecer

Venezuela enseña a desobedecer

¿Puede decirse que la crisis humanitaria venezolana es un efecto de las sanciones impuestas por los Estados Unidos, o es el resultado de la revolución bolivariana? El país se había quedado sin producción nacional desde hacía varios años.

Tal como ocurrió en Egipto, a Hosni Mubarak se le tildó de dictador, generando una crisis humanitaria, solamente porque este se negaba a dejar el cargo. De demostrarse que Maduro tuvo algo que ver con los manifestantes ya muertos, y otros de aquí en adelante, puede enfrentar la suerte de una larga condena.

Esta amarga herencia y experiencia terrible de una revolución que no suena a verdadera revolucion, enseña a desobedecer a nuestros líderes, a nuestros pueblos. La Asamblea Nacional Constituyente parece un organismo paralelo a la Asamblea Nacional, o al menos para limitarla en sus funciones.

Quien la preside en la actualidad es llamado el número dos de la revolución, y ha expresado su parecer en medio de la aparente crisis política: “Dentro de 50 años aquí habrá un presidente o una presidenta y será bolivariano, revolucionario, y para que les duela, chavista”; significa que si Maduro es el líder de la revolución, cómo puede otra persona lograr la presidencia de Venezuela, después de 2025.

Una decena de países está siendo testigo de un mar humano de inmigrantes, fruto de la caída de la economía en Venezuela. Aunque no se haya debatido bien el porqué de las causas de la crisis, lo que al parecer se argumenta en el presente es que ha ocurrido un tremendo fraude en las elecciones presidenciales, de parte de Maduro. Si sale con bien de tan perverso defecto reeleccionista es posible que, al igual que soñó Mubarak, llegue a mantenerse por unos 30 años en el poder.

El pasado 26 de abril, Nicolás Maduro anunció un plan llamado “De vuelta a la patria”, con el que, dijo, espera regresen a su país los venezolanos que han emigrado en los últimos años; pero el plan fracasó, porque los venezolanos no creen en la revolución.

Muy lejos de esta pobre tierra que ahora es Venezuela, la revolución da noticias del bienestar que vive el país, de que todo va a cambiar si levantan la sanción a la nación.

Juan Guaidó es el único opositor que le está haciendo frente al régimen de Maduro. Ha prometido ser un presidente por muy poco tiempo, dejando claro que Maduro tiene que irse, y que no puede ser candidato a las elecciones que se espera puedan convocarse tras su salida, por las irregularidades con que sucedieron.
Por todas estas razones, Venezuela nos enseña a desobedecer. Sea Nicaragua, Cuba, en todos los lugares donde persiste en autoritarismo.

Para que haya paz en Venezuela, los usurpadores tienen que “dejar de secar el mar en el que nadan”.



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