Venezuela en el centro de la atención de la OEA

Venezuela en el centro de la atención de la OEA

Venezuela en el centro de la atención de la OEA

Asamblea general de la OEA,dia 15-6-16,en la canciller de Venezuela/foto Jose de Leon

SANTO DOMINGO. – La crisis de Venezuela dominó la Asamblea General de la OEA de Santo Domingo y quedó instalada en sus debates, con dos sesiones especiales previstas para la semana próxima en Washington: una convocada por Caracas y otra por el secretario general Luis Almagro.

La campana que inició este proceso sonó el 31 de mayo, cuando Almagro invocó la Carta Democrática y publicó un demoledor informe sobre la crisis política, económica y humanitaria que padece el país petrolero.

Michael Shifter, presidente del centro de estudios Diálogo Interamericano, dijo a la AFP que con esa medida «Almagro definitivamente sacudió las cosas en la OEA», espacio que el gobierno de Venezuela suele cuestionar debido a la participación de Estados Unidos.

«Habrá que ver si podrá ganar suficiente apoyo para que los demás gobiernos aumenten la presión sobre Maduro en temas de democracia y derechos humanos.

No es mucho lo que puede hacer (Almagro) por sí solo», estimó. En la Asamblea General de Santo Domingo, Estados Unidos apoyó a Almagro y fue particularmente duro con Venezuela, aunque luego anunció que había iniciado un diálogo con su gobierno y que no busca «imponer condiciones».

Pero cuando el secretario de Estado, John Kerry, llamó a Venezuela «a liberar a los presos políticos, respetar la libertad de expresión y aliviar la escasez de alimentos y medicinas», la canciller venezolana no le respondió directamente.

En clara señal de apertura al anunciado diálogo con Washington, la canciller Delcy Rodríguez se dirigió en cambio a Almagro y no a Kerry al tomar el micrófono para defender airadamente la condición democrática de su gobierno.

Rodríguez acusó al secretario general de tener «una posición intervencionista sobre los asuntos internos de Venezuela» y de estar «mandatado por Washington».

«En un año de gestión, el secretario general se ha dedicado a hostigar al gobierno constitucional de Venezuela, a sus autoridades, en una especie de linchamiento regional», dijo la ministra.

Durante los tres días de asamblea en Santo Domingo, la canciller dedicó sus energías a intentar asegurar los 18 votos que necesita para bloquear eventuales sanciones previstas por la Carta Democrática y a promover una censura a la actuación de Almagro.

Según Caracas, el secretario general se extralimitó en sus funciones al invocar la Carta e intercambiar improperios con el presidente venezolano, Nicolás Maduro.

Hace semanas, Almagro tachó a Maduro de «dictadorzuelo» luego de que éste lo acusara de ser «agente de la CIA». Delcy Rodríguez intentó introducir una declaración en la Asamblea General sobre la supuesta ilegitimidad del proceder de Almagro, pero esta propuesta naufragó inmediatamente.

Sin embargo, a última hora del miércoles consiguió, tras un largo debate, que su petición para que la OEA tome «las acciones pertinentes para encauzar la actuación de la secretaría general» sea debatida en el Consejo Permanente.

Esto fue celebrado como «una victoria» para Rodríguez, pero Almagro dijo que tal discusión no le preocupa «en lo absoluto». «Tenemos plena tranquilidad y certeza respecto al camino elegido para realizar el trabajo», dijo el excanciller uruguayo.

¿Quién gana?
De acuerdo a una fuente de la OEA, el secretario general gana de cualquier manera, independientemente del tono que tengan las discusiones de la semana próxima.

Las citas multilaterales y bilaterales, más el diálogo entre el gobierno y la oposición venezolana, que promueve la Unasur, son todas medidas tomadas «en función de que se planteó el tema de Venezuela, que antes era un tabú», dijo la fuente a AFP.

Caracas se anotó un punto a favor cuando consiguió convocar una reunión el martes próximo del Consejo Permanente, que escuchará a los tres expresidentes que median para concretar ese diálogo.

Este diálogo que promueven José Luis Rodríguez Zapatero de España, Leonel Fernández de República Dominicana y Martín Torrijos de Panamá fue puesto sobre la mesa como una alternativa a las medidas que implica la aplicación de la Carta Democrática Interamericana.

«Hoy el propio gobierno venezolano tiene que acudir a la OEA, a quien blasfemia», dijo al respecto la fuente del organismo interamericano.

La Carta Democrática se aplica cuando se quiebra el orden constitucional de un país y tiene varias etapas: las primeras implican oficios diplomáticos y la más extrema la suspensión.

Según Shifter, más allá de que Almagro consiga o no el apoyo de la mayoría de los 34 países miembros la semana próxima, «merece crédito por haber sacudido a la OEA de su silencio respecto a la crisis en Venezuela».



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