Caracas.- El Gobierno del presidente venezolano, Nicolás Maduro, denunció hoy la “descarada y reiterada intromisión» de Estados Unidos en sus asuntos internos, al tiempo que exigió “el debido respeto a su soberanía nacional” y el levantamiento de las sanciones contra varios de sus funcionarios.
En un comunicado, la cancillería del país suramericano denunció “ante el mundo la descarada y reiterada intromisión de la Administración (de Donald) Trump en los asuntos internos de Venezuela, acompañada de chantajes y presiones a países de la región”, en referencia a las reuniones que sostendrá el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, con líderes de Brasil y Colombia.
Según Venezuela, Pompeo arribó a Latinoamérica, “en otra de sus erráticas actuaciones”, con el propósito de “emitir órdenes directas a los Gobiernos subordinados” a Estados Unidos para que “escalen sus agresiones” contra la Administración de Maduro.
En ese sentido, Venezuela remarcó que es “libre e independiente”, a la vez que exigió “el debido respeto a su soberanía nacional, así como el inmediato levantamiento del inhumano bloqueo económico y de las medidas coercitivas unilaterales” contra su economía, que dice lidera Estados Unidos.
Pompeo se reunió este miércoles con el canciller de Brasil, Ernesto Araújo, y aseguró que la llegada al poder de Jair Bolsonaro, con quien se reunirá más tarde, permitirá que los dos países trabajen “juntos contra regímenes autoritarios” de Latinoamérica, en referencia a Venezuela, Cuba y Nicaragua.
Está previsto que el funcionario estadounidense mantenga un encuentro esta misma jornada con el presidente colombiano, Iván Duque.
En los encuentros, los países acordarán como tratar con Venezuela a partir del próximo 10 enero, cuando Maduro asume un nuevo mandato de 6 años tras ganar con amplio margen los comicios del pasado 20 de mayo, cuyos resultados no reconocen la oposición y varios países de la región.
Bolsonaro y Duque comparten además la postura crítica de Estados Unidos hacia Maduro, a quien sus detractores acusan por la severa crisis económica que padece Venezuela, que se traduce en escasez, hiperinflación y un éxodo de cerca de 4 millones de personas, principalmente a destinos de la región.