Santo Domingo.-“Pensamos de todo cuando escuchábamos los disparos porque no sabíamos lo que pasaba, lo único que pudimos hacer fue meternos debajo de las camas para salvar la vida”, fue la respuesta de casi todos los moradores de Arroyo Lebrón, en Pedro Brand, donde cayeron abatidos los hermanos Omar y César Alejandro López Méndez, tras un tiroteo que se prolongó por más de cuatro horas.
Relataron que al final de la balacera fue que se percataron de que se trataba de un enfrentamiento con “los mocanitos” como se les conocía.
Explicaron a EL DÍA que los hoy occisos llegaron a la vivienda sin número, ubicada en la calle María de Toledo, a las 5:00 de la tarde y se encerraron en la casa, luego a las 5:40 de la mañana inició un tiroteo que duró hasta las 9:00 del sábado, cuyo resultado fue la muerte a tiros de los dos hermanos, quienes se habían convertido en los más buscados por la Policía.
La casa donde se ocultaban los López Méndez es hoy una ruina, cientos de impactos de bala dentro y fuera de la misma, puertas y ventanas destruidas, vidrios triturados en el suelo, y una humareda negra que envuelve las paredes y techo, así como un charco de sangre al lado del inodoro, es la visión que se observa en torno a la vivienda.
En la pared de la cocina se pudo leer un escrito que dice “Dos muertos y un 100 kilos” se desconoce quien lo escribió. La molestia en los ojos por el gas lacrimógeno aún se sentía.
