E hizo Dios animales de la tierra según su género, y ganado según su género, y todo animal que se arrastra sobre la tierra según su especie.
Y vio Dios que era bueno. Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.
Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Genesis 1:25-27
Lo más importante en este proceso creativo de Dios es cuando dice ¡los creó a imagen de Dios! Claramente, en Génesis capítulo uno, vemos progresión de la creación, durante los seis días, que culminó en el acto creativo final, en la segunda parte del sexto día, para crear al hombre como varón y hembra a imagen de Dios.
Dios creó al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.
Qué valor más inmenso tiene este texto bíblico, “varón y hembra los creó”. Cada día tú como hombre o tú como mujer tienes que valorar y reconocer la condición de tu género.
Dios te creó varón con un propósito muy particular de ser a cabeza de tu casa, el que conduce con sabiduría su familia, con su ejemplo, sabiendo que es un vaso frágil, su ayuda idónea y complemento perfecto.
Y tú mujer eres el complementó del hombre, su otra mitad, la que edifica su casa, a la que Dios le concedió el don de la procreación.
Juntos no se transformará su esencia, su genero, (masculino y femenino). Unidos construyen el porvenir de una familia, de un país y del mundo.
Juntos le dan un valor mas sublime de la creación que es, ¡porque varón y hembra los creó!