He estado pensando en las lecciones que se desprenden de las actitudes y acciones del escritor Mario Vargas Llosa, mundialmente conocido; he reflexionado también, sobre los motivos por los que el Presidente de la República, Luis Abinader , le otorgó la ciudadanía dominicana.
Vargas Llosa, escritor, político, periodista, nació en Perú en 1936; desde 1993 tiene la nacionalidad española. Dentro de su vasto legado ha escrito alrededor de 60 obras: libros de relatos, novelas, ensayos, obras para teatro, cine, etc., entre las que se destacan “La ciudad y los perros “, “La casa verde”, “Conversación en la catedral”, “La tía Julia y el escritor”, “la fiesta del chivo”, etc. Ha recibido muchos premios y reconocimientos, dentro de ellos el Premio Nobel de Literatura, 2010; premio Pedro Henríquez Ureña (2016), otorgado en RD.
Acaba de cumplir 87 años; las huellas de su vida, su legado literario está por doquier; las miradas del mundo le siguen, es un parámetro intelectual, universal, que todos observan; en 1990 fue candidato a la presidencia de Perú. Recientemente estuvo en el país y confesó que desea pasar gran parte de su tiempo aquí, “RD es un ejemplo para América Latina”.
Al escucharlo, el presidente Abinader le ofreció la ciudadanía dominicana, que de inmediato aceptó. Esto ha destapado el avispero; algunos, líderes políticos de oposición, consideran que no se la merece porque nos tildó de “Parias del Caribe”. Otros la consideran una decisión inteligente, que beneficia a la nación, por tratarse de una personalidad con prestigio mundial. Además, recuerdan que, como demócratas, podemos tener criterios diferentes sobre hechos y hasta cometer errores, que, con elegancia, podemos rectificar.
Vargas Llosa estuvo casado 50 años (1965 al 2015), con Patricia, madre de sus tres hijos, Álvaro, Gonzalo y Morgana; uno ha vivido en el país. Se divorciaron tras su desliz con Isabel Presley, pareja de alta visibilidad mediática; exhibicionista; error que también ha rectificado; Patricia lo perdonó, para que rehaga su vida familiar, disfrute de paz espiritual.
Indiscutiblemente, este afamado escritor, como ciudadano dominicano, llamará la atención hacia nuestra nación. El mundo entero lo sigue, lo busca, lo lee y, hoy, conducen la mirada hacia RD; piensan que si alguien de su valía quiere estar largas temporadas aquí, es porque la nación es cálida, segura, adecuada para vivir tranquilos, en reflexión profunda. Su presencia es la forma más contundente de rectificar cualquier error con el pueblo; como monumento literario del universo, llamará la atención hacia nuestra nación.
Entiendo que en el país comenzó la campaña política, pero los líderes que realmente aman la nación deberían buscar otro evento para atacar al Gobierno, que no sea retorcer la ciudadanía dada a Vargas Llosa. El presidente Abinader como dominicano juicioso, cristiano, humano, simplemente comprendió su valía, íntimo sentir y atinadamente le abrió las puertas; estando aquí conocerá la realidad y nos entenderá.
Ojalá los líderes nacionales ponderen con objetividad esta decisión que, con firmeza y coraje, tomó el presidente Abinader de darle la ciudadanía; aprovechemos su estadía y los mejores beneficios para la nación.