¡Vamos!

Recordé la expresión “¡vamos!” que usa mucho Yayo Sanz, exitoso director de Aduanas, al ver al presidente Abinader decir en Guyana que el país desea ser el mejor centro logístico regional.

Rebosante de justificado optimismo, Abinader resaltó nuestro crecimiento sostenido de 5 % anual, la envidiable paz social, la excelente infraestructura portuaria marítima y aérea, los éxitos atrayendo inversión privada directa y crecientes cifras de turistas, las excelentes perspectivas mineras y otras bondades nacionales.

Se refirió también a las buenas calificaciones en evaluaciones de riesgos económicos y políticos. Concurro con el presidente sobre cuán privilegiado es nuestro país por la continuidad democrática durante seis décadas y los aportes de casi todos los sectores relevantes, empresarios, trabajadores, gremios, partidos políticos y demás.

Dado que a Guyana fueron en el contexto del negocio y la seguridad energéticos, al resaltar logros como los aumentos de generación con fuentes renovables, la estabilidad de la producción y transmisión de electricidad, imagino que Luis pasó un apuro inefable por el disonante atrabanco del fracaso costosísimo de las EDE.

Sin luz, todo lo que resaltó el presidente puede apagarse. Sospecho que no hay ningún dominicano capaz o deseoso de sustituir al zar tenebroso que ha hecho más daño al Gobierno y al país que varios ciclones batateros… Porque, si no, ¿cómo entender su inacabable oscuro reinado? Ese decreto genesíaco puede comenzar “hágase la luz”. Sí, ¡vamuarriba!