“Nada se ha hecho todavía” para vacunar a los pobres del mundo contra el Covid-19. Así se lamentaba Angela Merkel en la cumbre del G20, donde destacó que la UE, los EEUU y el Reino Unido están a punto de iniciar la vacunación masiva de sus habitantes.
Para “asegurar que 92 países de ingreso medio y bajo… tengan acceso equitativo y simultáneo a las vacunas contra el COVID-19” se creó el COVAX (https://www.gavi.org/vaccineswork/covax-explained), pilar de vacunación del Acelerador del Acceso a los Instrumentos contra el Covid-19 (ACTA, por sus siglas en inglés), al cual ingresamos durante el verano pasado.
A la fecha, 10 países han donado US$2.4 mil millones de los US$4.2 mil millones requeridos para financiar el trabajo urgente, dejando una brecha de US$28.2 mil millones para fabricar y distribuir vacunas entre los países pobres, como dijera recientemente el Director General de la OMS, Thedros Ghebreyesus.
Para la Jefa del gobierno alemán “es preocupante que no haya negociaciones” entre el COVAX y las empresas cuyas vacunas se encuentran en fase avanzada (https://www.firstwordpharma.com/node/1776632).
Contener la pandemia ha paralizado sectores completos de la economía mundial, conllevando costosas inyecciones del erario para absorber y adaptarse al severo choque económico provocado por la crisis sanitaria, cuyo costo podría superar los US$8 millones de millones.
Erradicar la pandemia sólo será posible con vacunas. Aún la menos efectiva, desarrollada por la Universidad de Oxford y comercializada por AstraZéneca, promete tener mayor impacto que la de la influenza.
Toda la producción inicial está comprometida con los países que financiaron su desarrollo. La Universidad de Duke en los EEUU reporta que 6.4 mil millones de dosis han sido adquiridas por adelantado.
Teniendo el COVAX fondos limitados y sin haber negociado las compras requeridas para el acceso equitativo y simultáneo que dice buscar, ¿qué nos queda para pasar la página de esta pandemia que todo lo ha cambiado?
La BBC reporta que el Instituto Serum de la India, por ejemplo, acordó con AstraZéneca que 50% de las vacunas producidas bajo licencia se distribuirán en la India.
Por su capacidad para evaluar la efectividad de las vacunas y eventualmente producirlas, Argentina, Brasil y México también negociaron contratos de fabricación y suministro para sus mercados domésticos y los de los países circundantes.
En nuestro caso, la capacidad de fabricación farmacéutica todavía no abarca productos biológicos como las sofisticadas vacunas desarrolladas al vapor por los laboratorios de países desarrollados.
Cabe así saludar la reciente firma y rápida ratificación del contrato de suministro de 10 millones vacunas de AstraZéneca a la República Dominicana.
Aunque su precio de US$4 por dosis es superior al que pagarán los países que financiaron su desarrollo, el monto es significativamente menor al de las vacunas de Moderna y Pfizer/BioNTech sin requerir bajísimas temperaturas de almacenamiento.
Los US$20 millones que costará aplicar dos dosis por persona con 30 días de diferencia para 5 millones de dominicanos a partir de febrero próximo serán financiados por nuestros empresarios. ¿Podrá cumplir el COVAX su cometido para entonces, asegurándonos vacunas para todos los demás?