SANTO DOMINGO.-La conversión a gas natural de tres plantas generadoras de electricidad permitirá un ahorro de aproximadamente 600 millones de dólares al Estado dominicano.

La venta de esa energía renovable a las distribuidoras de electricidad dependerá de la eficiencia con que las plantas Quisqueya I, Quisqueya II y la Compañía de Electricidad de San Pedro de Macorís (CESPM) produzcan energía, explicó Roberto Herrera, director de la Compañía de Electricidad de San Pedro de Macorís.

Así mismo, señaló que ese ahorro dependerá del tipo de combustible que usaban las plantas generadoras y el costo de estas en el mercado.

Destacó que la primera fase estará lista antes de marzo del próximo año y espera que otras plantas generadoras también sean transformadas a natural, ya que en el país están dadas las condiciones para que se realice esa inversión.

Herrera señaló el cambio de esa empresa dependerá de la factibilidad económica que tenga dicha transformación, ya que esos cambios tienen un elevado costo para los inversionistas.

Detalló que en el caso del CESPM la transformación a gas natural les a representado un costo de 35 millones de dólares, pero resaltó que el país tiene disponibilidad del gas natural y la estabilidad de precio de este combustible facilita que se realice la conversión.

Diversificación

República Dominicana posee una de las matrices de generación eléctrica más diversificada, en comparación con otras de Centroamérica y el Caribe, indica el Estudio de la Energía Renovable de la Asociación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales.

Señala que en cuatro años se redujo de manera progresiva el protagonismo de los combustibles fósiles, dando entrada a otras fuentes y quedando una matriz de generación de la siguiente manera: 72% derivados del petróleo; 4% gas natural; 12% carbón y 12% hidroeléctricas, solo en 4 años y con el cambio de 750 megavatios de estas plantas a gas natural, la matriz generadora de electricidad se diversificará.

Beneficios ambiental

— Generación
Unas 70 empresas usan gas natural como combustible y esta conversión permitirá reducir alrededor de 60 por ciento de la huella del CO2 que dejan las plantas generadoras en el este.