SANTO DOMINGO.-Las industrias creativas se han convertido en un elemento clave del sistema de innovación de las economías.
Su importancia primordial radica en que éstas estimulan la aparición de nuevas ideas o tecnologías, afianzando los procesos de cambios sociales transformativos del conocimiento y el emprendimiento.
Su éxito tiene que ver con la variedad de áreas que involucra este sector, encajado dentro de la llamada “economía naranja”, especialmente las culturales y la del conocimiento, tales como arte, entretenimiento, moda, diseño, arquitectura, publicidad, gastronomía, educación, investigación y desarrollo, alta tecnología, informática, telecomunicaciones, robótica, nanotecnología e industria aeroespacial, entre otras.
De acuerdo al embajador dominicano ante la Unesco, José Antonio Rodríguez, la industria naranja es muy activa, ya que produce actualmente un 3% del Producto Interno Bruto Nacional, siendo la industria textil uno de los sectores más pujantes, al punto de que sus actores están trabajando acciones conjuntas con el Gobierno para impulsarla como marca país.
Referente de identidad
Debido a que, aun sin una ley de moda, el sector textil del país es un referente de identidad exportable y un motor dinamizador de la economía y la capitalización de empleos, la Unión Europea contribuye con el desarrollo de esta industria, apostando al fortalecimiento de las Pymes y los talentos que forjan arte con sus manos.
Su enfoque se basa en la promoción de las mercancías y en lograr que los actores consigan nuevos nichos de mercado para sus creaciones.
Estas acciones se ejecutan a través de los programas regionales que maneja la Agencia del Caribe para el Desarrollo de la Exportación (Caribbean Export), que es una extensión de un programa de la Unión Europea con la Comunidad del Caribe (Caricom), según explicó a El DÍA Escipión Oliveira Gómez, director ejecutivo adjunto de esa agencia.
Grandes aportes
En dichos programas, la Unión Europea invierte 40 millones de euros, de los cuales “el programa regional de comercio recibe 23 millones y el programa binacional que manejo personalmente es de seis millones, en un período de tres a cinco años”, precisó el ejecutivo.
Aclaró que ese dinero que les entrega la Unión Europea, tanto a los pequeños y medianos empresarios y a Adoexpo, permite financiar importantes proyectos de esta industria.
En los 30 años de cooperación de la Unión Europea con República Dominicana, esta ha realizado innumerables aportes al desarrollo de su industria creativa y de las 14 islas del Cariforum, que es la agencia que canaliza la promoción, desarrollo de las exportaciones y la inversión dentro de la región.
Estos aportes están encaminados a seguir impulsando el sector, pues la industria de la moda es próspera y en constante crecimiento, la cual genera nuevas tendencias y se reinventa en cada creación de cada uno de sus actores.
Afirma que la moda dominicana tiene muchos retos y desafíos, pues debe lograr internacionalizarse, ser vendida como marca país y seguir estrechando lazos entre sus actores para conquistar mercados y potencializar sus oportunidades.
La Unión Europea, a través de estos programas de promoción e inversión, impulsa el crecimiento de la industria de la aguja e hilo, respaldando la participación de diseñadores caribeños en casi todas las ediciones de DominicanaModa desde el 2012.
La moda del Caribe, un sello distintivo de la diversidad que hay en la región, se redefine en cada desfile, por ello, la agencia cree en el talento local apoyando su participación en desfiles y ferias internacionales.
Autóctona y exportable
La chacabana, originaria de República Dominicana, se ha reinventado a través de los años convirtiéndose en una pieza básica del trópico que nunca se queda en los desfiles que la agencia organiza en el extranjero.
Por ello, tienen contemplado realizar uno con esta prenda como protagonista en la feria Hub Santo Domingo. Aunque en el país se producen camisetas, poloshirts, camisas, ropa interior, ropa de bebé, mandiles y uniformes, una de las prendas que la agencia más está apoyando es la chacabana, pues su visión es lograr la meta de convertir esta pieza en la indumentaria distintiva de RD como marca-país.
El renacer de un artista
Un fiel ejemplo de que estos programas fortalecen e impactan la vida de los diseñadores locales, agrupados en la Asociación de Artesanos de Chacabanas de la República Dominicana (Achadom), es el dueño del atelier Chacabanas Faraón, el diseñador Juan Francisco Rodríguez.
Rodríguez afirmó que a través de esta ayuda, vio el renacer de su vida comercial. Cuenta que en el año 2015, recibió una subvención de diez mil dólares, permitiéndole posicionarse en el mercado.
El Faraón, como se conoce, valoró que estos programas de apoyo han servido para introducirse en el competitivo mundo de la industria textil con gran auge, porque le ha permitido pagar publicidad y mantener su nombre comercial en una buena posición.
Confiesa: “Con los aportes que la Unión Europea entrega a Caribbean Export pude ir a Las Vegas, Nevadas, una experiencia que hubiese sido imposible con mis recursos, tanto por el costo del Convention Center como por el viaje y la estadía. También, en el año 2017, fui a Barbados, experiencias que nos permiten penetrar en mercados internacionales”.
Muy emocionado, el diseñador de chacabanas afirma que esto ha sido maravilloso y que ha enviado varias chacabanas a África, donde uno de los ministros de Nigeria se quedó con una de sus piezas porque le gustó, así mismo dijo que mandaron otras a Burdeos, Francia, donde también se quedaron con varias piezas.
Concluyó diciendo que el ministro de Cultura de Barbados se enamoró del estilo de sus chacabanas y, por ello, le regaló una elegante guayabera.