Cada ‘Día Mundial de la Infancia’ es un recordatorio que el bienestar infantil debe ser una prioridad de todas las naciones.
Santo Domingo.-En el Día Mundial de la Infancia, conmemorado cada 20 de noviembre en todo el mundo, las cifras siguen llamando a la reflexión, pero más importante aún, a la acción.
En un comunicado emitido por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), se afirma que la niñez en República Dominicana enfrenta desafíos que no se pueden ignorar: educación interrumpida, desigualdad persistente, y la amenaza de la pobreza.
En cada dato se revela una verdad ineludible: nuestro compromiso con los niños y niñas es la única vía para garantizar un futuro más justo y esperanzador.
Este 2024, al conmemorar los 35 años de la Convención sobre los Derechos del Niño, se recuerda que cada derecho otorgado no es un favor, sino una promesa que se debe cumplir. Una promesa de salud, educación, protección frente a la violencia y oportunidades para crecer en un entorno en el que se tengan cuidados, oportunidades y sus derechos sean respetados.
Invertir en la infancia
Pero, ¿qué significa invertir en la infancia? Significa cambiar vidas, transformar comunidades y construir un país más equitativo. Invertir en la educación de una niña puede aumentar sus ingresos futuros entre 10% y 20%, romper el ciclo de la pobreza y contribuir al desarrollo sostenible.
También, al invertir en la infancia se apuesta por su salud y bienestar, lo que puede rendir beneficios hasta 120 veces mayores en términos económicos y sociales.
Desafíos
A pesar de la labor de tantas entidades y voluntarios, los desafíos persisten. Como una pequeña muestra de ello, las siguientes cifras pueden esbozar el panorama:
• 1 de cada 5 niñas no termina el primer ciclo de sus estudios secundarios.
• Casi 4 de cada 10 niños no completan el segundo ciclo escolar.
• Millones de niños dedican su infancia al trabajo doméstico no remunerado, lejos del aula y del juego.
Y mientras estas cifras reflejan desigualdad y vulnerabilidad, también muestran dónde se deben concentrar los esfuerzos: garantizar igualdad de oportunidades, combatir el trabajo infantil, y priorizar el acceso a una educación de calidad.
Un llamado urgente
La infancia no puede esperar, pues cada día que pasa sin acción es una oportunidad perdida para cambiar el destino de una generación.
Por eso, Unicef hace un llamado a las autoridades, al sector privado, a la sociedad civil y a cada ciudadano para priorizar la vida y el futuro de niños y niñas.
El mensaje es claro “proteger a la infancia es proteger el futuro, porque cada niña y niño es una promesa de lo que la sociedad puede ser: más justa, equitativa y llena de esperanza”.
Cada ‘Día Mundial de la Infancia’ es un recordatorio que el bienestar infantil debe ser una prioridad de todas las naciones, pues la protección de la infancia no puede recaer sólo en las manos de organizaciones internacionales, “es un esfuerzo colectivo que exige la participación activa de todos los sectores de la sociedad”.
Educación
— Brecha digital
Garantizar el acceso equitativo a la tecnología y a herramientas educativas es vital para cerrar la brecha digital, especialmente en un mundo donde el conocimiento y las habilidades tecnológicas son esenciales.