Quito.- La Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y la organización ONU Mujeres medirán la situación de la mujer en la región por medio de un “semáforo” que evaluará cómo están las féminas de cada país en materia de género, laboral, cultural, social y de violencia.
El semáforo formará parte de un estudio que servirá para el establecimiento de iniciativas en favor de la mujer por parte de los consejos sectoriales del organismo suramericano.
El plan fue presentado hoy en la sede de Unasur, en Quito, con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres.
El secretario general de la Unasur, el expresidente colombiano Ernesto Samper, dijo que el objetivo es “avanzar un paso en la reducción de la discriminación de la mujer”, para lo cual hay que empezar por la reducción de la exclusión social.
Recordó que, pese a los «éxitos” alcanzados en la reducción de la pobreza absoluta durante los últimos años, América Latina tiene un “récord en exclusión social” que se refleja en desigualdades educativas, problemas fiscales e informalidad laboral, que afecta al 56 % de los trabajadores.
El trabajo informal afecta más a las mujeres, pues el 60 % de las trabajadoras informales ejerce como padre y madre a la vez y además compagina su empleo con el papel de ama de casa, indicó. Samper dijo que pese al “gran esfuerzo” efectuado en Suramérica para la mejora de la educación de la mujer durante los últimos 30 años, “no mejoran sus condiciones laborales o de ingreso».
La directora de ONU Mujeres en Ecuador, Moni Pizani, dijo que en Américas Latina y el Caribe entre el 17 y el 53 % de las mujeres han manifestado haber sufrido violencia física o sexual y entre el 10 y el 27 % de las mujeres han declarado haber sido víctimas de violencia sexual.
Pizani reclamó, por ello, “más hombres y niños que alcen la voz contra la violencia” al considerar que es necesario un compromiso mayor por parte de la sociedad para combatir este mal.
En su opinión, aunque en muchos países se han promulgado leyes que representan avances en la lucha contra la violencia de género, su cumplimiento no es adecuado y todavía existen bajos índices de denuncias, además de casos de impunidad.
La representante de ONU Mujeres resaltó que en 2015, cuando finalice el plazo fijado por Naciones Unidas para la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, se establecerán nuevos planes de desarrollo en los que el objetivo de acabar con la violencia hacia la mujer “debe ocupar un lugar destacado».
En el acto de lanzamiento del plan intervino la presidenta de la Asamblea Nacional (Parlamento) de Ecuador, Gabriela Rivadeneira, quien reveló que en su país seis de cada diez mujeres han sufrido violencia, mientras que una de cada dos ha padecido maltrato psicológico y una de cada cuatro ha sido víctima de violencia sexual.
En los segmentos de población de menor formación educativa, las víctimas de la violencia llegan al 70 % y el problema afecta más a las mujeres indígenas y afrodescendientes, señaló, al comentar que el proyecto lanzado hoy “será una hoja de ruta para todos los países de la región».
Con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el Parlamento ecuatoriano aprobó una resolución en la que invitó a todos los órganos estatales a impulsar normas, políticas y medidas para eliminar toda forma de violencia contra las mujeres, niñas y adolescentes.
También abogó por emprender campañas orientadas a combatir la violencia y llamó a la sociedad civil y a los medios de comunicación a unirse a estos esfuerzos.
El lanzamiento del plan promovido por Unasur y ONU Mujeres contó con la participación de la diputada dominicana Minou Tavárez Mirabal, hija de Minerva Mirabal, cuyo asesinato en 1960 junto a sus hermanas Maria Teresa y Patria, bajo el régimen de Rafael Trujillo, propició la declaración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer por parte de la ONU.
Minou consideró que la memoria de su madre y de sus tías contribuye a paliar la violencia contra las mujeres.
“Tengo siempre el impulso de agradecer que ellas sigan vivas”, dijo Mirabal, quien expresó que su recuerdo “sirve para crear conciencia, sirve para contribuir a disminuir aunque sea una sola muerte de una mujer o de una niña en el mundo».