La presencia de tantos dominicanos en el Marlins Park, Miami, pone de moda otra vez el debate sobre la necesidad, o no, de un estadio de béisbol moderno en República Dominicana con el objetivo primario de traer al país una pata del Clásico Mundial de Béisbol en el 2021.
El ingeniero Garibaldi Bautista presenta en el Listín Diario un proyecto que luce viable en contraste al que presentó en mayo del 2009, Joaquín Gerónimo, el entonces gerente del BNV.
Asistí a la presentación en un hotel de lujo en la que Gerónimo anunció un esquema al que denominó «Complejo Deportivo y Cultural Juan Marichal», que incluía un hotel cuatro estrellas, un complejo habitacional, oficinas comerciales, un museo histórico, un parqueo soterrado, entre otras linduras.
El concepto respetaba el coliseo Teo Cruz y exiliaba a la OTTT y la Liga Mercedes. Se levantaría en tres años, se podía seguir jugando pelota y en el 2012 ya hubiera estado listo. El costo rondaba los 115 millones de dólares y se dieron los primeros pasos para tomar un préstamo en un banco de Portugal para arrancar ese junio.
Era lógico pensar que todo contaba con la anuencia del presidente Leonel Fernández, pero, ciertamente, era muy pretencioso.
El play de Bautista, quien ha realizado los últimos arreglos en los estadios locales, tiene un costo de 20 millones de dólares y transforma totalmente la estructura del Quisqueya Juan Marichal que hoy tenemos, haciéndolo parecer un estadio moderno. La diferencia es clara.
Lógico, para iniciar un proyecto de esa naturaleza hay que contar con el respaldo de instancias gubernamentales (Poder Ejecutivo, Congreso, Ayuntamiento, etc.) aunque se incluya participación de capital privado.
Supe que hoy Bautista se reúne con el ministro de Deportes, Danilo Díaz, y lo primero debe ser convencer al presidente Danilo Medina, quien es poco asiduo en los estadios, y pienso que la situación merece una «visita sorpresa»…¡Nos pechamos!