“Lo más difícil es tratar con personas desacatadas, que puedan estar contagiadas e infecten a uno”, manifestó Bautista.
SANTO DOMINGO.-En su afán de someter a la gente a la obediencia para que cumplan con el toque de queda, mantengan el aislamiento social y las medidas de bioseguridad con miras evitar la propagación del Covid-19, ella también se coloca al borde del peligro.
Como parte de las Fuerzas Especiales, de la División Swat Unidad Táctica de la Policía Nacional, la sargento Johana Bautista Reyes está acostumbrada a lidiar con situaciones de riesgos para salvaguardar vidas de ciudadanos, teniendo que decidir a veces si perder la de ella o la sus compañeros de misión.
En esta ocasión, su mayor empeño por las noches es que la gente no salga durante el horario restringido; que lleven consigo las mascarillas y que mantengan a dos brazos de distancia en lugares aglomeración, cuando la misión es por el día.
“El mayor problema que tenemos es que la gente no entiende, alegando que son padres de familias o que están buscando una cena o por cualquier cosa injustificada infringen la ley, entonces se arriesgan y nos exponen a que llevemos el virus a nuestras familias”, comenta Batista Reyes.
La joven oficial, madre soltera con dos hijos de 18 y 13 años, sale de su casa en el barrio Doña Ana de San Cristóbal a las 5:00 de la mañana porque antes de llegar a Operaciones especiales a Mano guayabo tiene que pasar a prepararle de comer a su madre que tiene serios problemas de salud.
“Mi mayor preocupación es que mi mamá que tiene tres hernias en la columna y el nervio asiático inflamado y casi no puede caminar, temo que si cojo el virus la vaya a contagiar junto a mi papa, que por igual es de avanzada edad; varios de mis compañeros se han infectado ya”, refiere con pesar la oficial.
Cuenta que la más dura experiencia fue cuando a uno de sus compañeros le hicieron la prueba rápida y salió positivo, pues sintió el temor de correr la misma suerte.“Me dije: Dios mío y si yo salgo positiva, como me voy hacer con mi mamá, porque soy la única que le da la mano, por suerte salí negativa”.
Misión de riesgo
Ella está preparada y trabaja en misiones de alto riesgos, como son los de personas que se involucran en secuestros de familias, unos que se sublevan sobre una antena de televisión, auto suicidios, entre otros casos.
Igual, enfrenta el gran dilema de tener que sobre protegerse, y en adición al chaleco antibalas, ahora se ve obligada a portar mascarillas y otros atuendos que les brinden más seguridad para evitar el contagio.
Trayectoria
—1— Pasión
Bautista Reyes expresó que sus jornadas no tienen hora pero aun así se siente orgullosa de pertenecer a esta institución.
—2— Superación
La oficial vendía pollos desde los 12 años, para cubrir parte de sus gastos, por las limitaciones de sus padres. Esta junto jóvenes decidió estudiar en la PN y se graduó de Ed. Fisica.