Una suplantación equivocada

Una suplantación equivocada

Una suplantación equivocada

Santiago Estrella Veloz

En la República Dominicana hace tiempo que está produciéndose la suplantación de las masas por quienes se creen que de verdad son “líderes políticos”. Se trata de un grave error, que esos dirigentes pagarán más temprano que tarde.

Es por eso que a cada momento vemos como el jefe de un partido o de una fracción de él frecuentemente cambia de bando, en busca de satisfacciones económicas y políticas personales si se suma al poder establecido.
Son los mismos que en la televisión pontifican contra la corrupción, mientras forman parte de ella, sin un ápice de vergüenza.

Los escrúpulos de María Gargajo, decían los viejos de entonces, refiriéndose a una mítica mujer que lavaba los huevos antes de freirlos, aunque escupía el aceite para ver si estaba caliente.

Juan Bosch decía que la suplantación del pueblo por aquellos que lo dirigen o aspiran a dirigirlo se paga siempre con el abandono de las masas, pues estas saben mejor que nadie qué quieren y qué necesitan, y acaban dándoles la espalda a aquellos que se toman a sí mismos por sus representantes, sin respetar su derecho a expresarse, sin haberse ganado con su conducta genuinamente popular el derecho a representarlas”.

En esta época pre-electoral hay muchos a quienes sirve ese traje. Balaguer se preguntó una vez ¿qué les importa a los políticos la suerte de la Patria? ¿Cuándo se ha antepuesto aquí el interés nacional al interés mezquino de los buitres de la política partidista?

¿No es una realidad dolorosa, comprobada mil veces a todo lo largo de nuestra historia, que la política dominicana carece de corazón, o como dice la sabiduría popular es una bestia sin entrañas?
Nuestros políticos, que se creen infalibles, deberían leer un poco de nuestra Historia a ver si cambian de actitud.



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