En una concurrida y bien preparada actividad, el Partido Revolucionario Moderno y su candidato doctor Luis Abinader presentaron su programa de gobierno el pasado martes 12. Importante.
Porque contribuyen a romper el vicio en que han caído las campañas electorales de nuestro país, a causa del cual todo, las negociaciones, los acuerdos, las divisiones, los alejamientos y las reconciliaciones se hacen en base a la repartición de candidaturas, al interés por agenciarse alguna posición electiva.
El PRM y su candidato ahora pueden darle contenido programático al debate y eso es saludable.
Además, el programa, a reservas de un estudio más a fondo, luce interesante y contempla puntos esenciales, algunos de los cuales corresponden a los Lineamientos Básicos de la Coalición Democrática, de la cual el Congreso Cívico forma parte.
Ojalá los dirigentes y el candidato del PRM no engaveten el programa y por el contrario, hagan del mismo un instrumento de propaganda y discusión y sobre todo, para la búsqueda de la indispensable alianza opositora que la necesidad política le pone por delante.
Me atrevo a sugerirles a esos dirigentes y al propio candidato que ahora, con su programa en las manos, llenen el lamentable vacío que tuvo el acto del pasado martes y convoquen a las demás fuerzas opositoras, a unirse en una amplia coalición para enfrentar en las urnas al gobernante Partido de la Liberación Dominicana.
El PRM podría resumir su planteamiento programático, escoger los puntos clave del mismo y en un acto parecido al del pasado martes, proponerlo como un documento para ser mejorado en una discusión abierta y en pie de igualdad, para suscribir más que una alianza política un solemne compromiso de acción desde un eventual gobierno.
Convocar a fuerzas políticas, organizaciones sociales y populares y a la sociedad.
Si da ese paso el PRM se pone a la cabeza de la lucha por la unidad de la oposición sobre una base programática, para luchar por un cambio con sustancia y contenido.
Esto le da la iniciativa en el plano político y emplaza a los demás a definirse ante puntos fundamentales, de importancia nacional.
El PRM tiene esa oportunidad también sin precedentes, de encabezar la oposición en ese campo, pero puede perderla y dejar que otros lo reemplacen, si no sabe actuar con audacia, firmeza y convicción.