Una situación que no se detiene

Una situación que no se detiene

Una situación que no se detiene

Hugo López Morrobel

“Al perro huevero, aunque le quemen el hocico, continúa comiendo huevos”, una expresión que retrata de cuerpo entero las “estupideces” que en los últimos años han adoptado casi como costumbre una gran cantidad de peloteros dominicanos, que por “desconocimiento” o “creerse sabidos”, siguen consumiendo sustancias prohibidas en Grandes Ligas.

Cada vez que llega una información sobre suspensiones por el consumo de esteroides, de inmediato a uno se le “prende” el botón de que está involucrado un jugador dominicano, porque las estadísticas en tal sentido son sencillamente abrumadoras.

El último caso lamentable fue la anunciada el martes en contra del pítcher de la organización de los Cerveceros de Milwaukee, Jean Carlos Mejía, de apenas 25 años, quien tiene todas las condiciones para triunfar sin necesidad de recurrir a los esteroides.

Esta suspensión por 80 partidos, podría constituir un golpe definitivo para el futuro de su carrera,
Y es que parece ser que no cogen cabeza, ya que recientemente el también dominicano Pedro Severino, cátcher de de ese mismo con junto, también fue suspendido 80 juegos el 5 de abril, luego de dar positivo de la sustancia clomifeno.

Mejía es el cuarto criollo que en 2022, viola el protocolo, uniéndose a Danny Santana, Richard Rodríguez y Severino.
De acuerdo a estadísticas suminstradas por Grandes Ligas, en los 17 años que tiene de implementado el protocolo de sustancias, desde 2008 al 2014 , hubo al menos un dominicano suspendido.

Esas sanciones han representado una pérdida aproximada de 103.55 millones de dólares para los peloteros quisqueyanos. Parece que lo hacen por ignorancia, pero ya está bueno.