Los robos y atracos que desde hace un tiempo a la fecha se han venido denunciando en las academias de béisbol de organizaciones de Grandes Ligas radicadas aquí pueden traer graves consecuencias para la imagen del país.

Y es que esa es una peligrosa situación que se ha venido registrando desde hace mucho tiempo, pero que no había tenido las repercusiones, porque al parecer denunciarlas públicamente no era conveniente.

Sin embargo, tras la asiduidad de esos acontecimientos perpetrados por esos delincuentes, a las organizaciones de Grandes Ligas no les quedó otro remedio que pedir auxilio urgente de las autoridades.

Es una afrenta, una deshonra que empresas que han confiado en realizar inversiones multimillonarias en el país estén confrontando problemas e inconvenientes de esta naturaleza.

Y es que, aparte del robo que realizan, ponen en peligro las vidas de centenares de atletas que residen en esas instalaciones.

No se puede el país permitir el “lujo” de que ocurran más casos de este tipo, por lo que las autoridades, en especial la Policía Nacional, deben ponerse los pantalones largos y se coloquen bien el cinturón para evitar que hechos tan desagradables y peligrosos continúen sucediendo como si nada pasara.

Si las organizaciones de Grandes Ligas decidiesen retirar sus academias del país sería un golpe muy fuerte, porque se vería que aquí no se garantiza la inversión extranjera.

La Policía y los organismos de seguridad deben hacer todo lo que esté a su alcance para evitar que esta situación siga ocurriendo, por el bien de todos, pero en especial, para salvaguardar las vidas y los intereses de quienes viven y laboran en esas academias, casi todas ubicadas en el municipio de Boca Chica.

¡Mano dura sin contemplaciones! porque palo si boga y palo si no boga.
RADARES. La derrota que sufrió ayer la selección de béisbol República Dominicana ante Panamá, en su debut en los Juegos Panamericanos de Chile 2023, es una muestra más del escaso trabajo que viene realizando la Federación, en la conformación de los equipos, dado que en los últimos eventos internacionales, la participación ha sido simplemente desastrosa.

No es posible que este descalabro siga tan campante como Juancito el Caminador, sin que al parecer a nadie le importe. Hay que hacer algo urgente, porque esas participaciones deshonrosas no puede continuar como hasta ahora.