“El fuero para el gran ladrón, la cárcel para el que roba un pan”, criticó el renombrado poeta chileno Pablo Neruda.
Aquí se está ante una especie de lamento y de impotencia frente a situaciones que se repiten diariamente en las sociedades latinoamericanas y de otras partes del mundo, como imágenes de la desigualdad social.
Desde todos los confines de la tierra hay que luchar para cambiar esa dura realidad, “hasta que llueva café en el campo”.