“Mi padre solía decir: no levante tu voz, mejora tu argumento”, dijo Desmond Tutu, clérigo y pacifista sudafricano.
La buena argumentación nos ayuda a conseguir nuestros objetivos, pues cada vez que defendemos nuestra posición o punto de vista estamos argumentando.
Hay que asumir la argumentación como una práctica diaria, porque siempre tomamos decisiones y todo es por una razón que merece ser justificada. Aprendamos a argumentar correctamente para no tener que levantar la voz.