“Ninguno debe obedecer a los que no tienen derecho a mandar”, dijo el jurista, filósofo y político romano Marco Tulio Cicerón.
En la democracia moderna no se pueden ignorar las normas existentes, ya que procuran garantizar la convivencia pacífica entre las personas.
Sin embargo, no siempre quienes gobiernan logran ganarse el respeto de los ciudadanos y de las ciudadanas. A ellos les va el siguiente consejo: “todos obedecerán con gusto cuando el que manda actúa en función de lo justo”.