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“Echad los prejuicios por la puerta: volverán a entrar por la ventana”, observó el embajador prusiano Federico II.
Resulta imposible encarar cualquier problema humano estando libre de prejuicios, ya que ellos conviven con nosotros. Estos son creencias previas a la observación; y todos siempre observamos las cosas y a los fenómenos.