La escritora estadounidense Margaret Lee Runbeck afirmó que “una disculpa es un perfume encantador; puede transformar el momento más torpe en un regalo lleno de gracia”.
Ciertamente que disculparse no es sencillo, pero es una acción importante y necesaria cuando se ha metido un error o realizado algún daño, intencional o no, a otra persona.
Ese acto tiene múltiples beneficios personales y, además, demuestra sinceridad y humildad, lo que genera sentimientos de empatía y aceptación.